La “basuraleza” en este espacio natural y cultural de Lorca tiene varias causas: la impunidad de los que ensucian por la ausencia de sanciones, la falta de mantenimiento de los espacios y la ausencia de control público sobre las concesionarias responsables de las zonas verdes.
Si el mes pasado el portavoz local de IU+P+AV, Pedro Sosa, señalaba el incremento desmesurado de basura en la zona de estacionamiento de vehículos ubicada en el paraje natural y cultural de Los Pilones, ahora, recogiendo de nuevo la queja de vecinos del entorno y también de lorquinos que pasean por la nueva vía de comunicación que conecta los barrios altos de Lorca, ha querido señalar cómo el desmesurado incremento de residuos y basuras de todo tipo en buena parte de la ladera situada entre los barrios de San María con San Pedro y la zona del Plan Social y San Lázaro, hacen un “retrato” de Lorca que no merecemos.
Las laderas de estos barrios que dan a la ciudad acumulan basuras y envases de todo tipo, mezcladas entre la vegetación y restos de podas con enseres domésticos (colchones y muebles). Un espectáculo desolador que da una imagen pésima de nuestra ciudad en ese lugar que mira a un espacio cultural tan importante y tan necesitado de cuidados y mimo como es el del Castillo de Lorca.
Como ya hemos dicho en otras ocasiones, el incremento de la “basuraleza” en este espacio -y en otros lugares naturales y culturales de Lorca- se debe atribuir a una suma de factores que no se están combatiendo en absoluto, entre los que ha destacado: 1) la falta de mantenimiento de los espacios. Nada hay más ineficiente que gastar millonadas en obras y espacios públicos para después no mantenerlos. 2) la impunidad de la que gozan los que ensucian por la falta de aplicación de las ordenanzas y los reglamentos y la consiguiente ausencia de expedientes sancionadores. Pero, afirma Sosa, en Lorca las ordenanzas no sirven para nada, ya que jamás pasan del papel de la norma a la realidad. 3) las carencias existentes en materia de “educación ambiental”. Y 4) la inexistencia de control público sobre las obligaciones de las empresas concesionarias de limpieza, adecuación y mantenimiento de zonas verdes. En Lorca, concluye el edil de izquierdas, no se controla a ninguna empresa contratada para la realización de obras públicas o para la prestación de servicios públicos, lo que además de restar calidad a los derechos ciudadanos, acaba costando más dinero público a Lorca y a los contribuyentes.
Sosa ha exigido que se programe y ejecute con celeridad y eficacia una actuación integral en todo este espacio natural y cultural tan querido por los lorquinos que son las laderas del Castillo de Lorca, incluyendo también la zona de Los Pilones. Hay que limpiar, hay que reforestar y embellecer el lugar, hay que colocar papeleras, hay que ubicar carteles advirtiendo de las sanciones frente a la “basuraleza”, y hay que tener firmeza aplicando los reglamentos y sancionado con ejemplaridad a los que no respetan a su pueblo, concluye el edil.