El actual acceso al templo “está peligrosamente pegado a la carretera de subida al Castillo, por lo que se creará un vestíbulo de entrada junto a las capillas de la fachada”
Fulgencio Gil Jódar, alcalde: “Tiene especial importancia para la ciudad no solo por tratarse de un monumento de consideración, sino porque en sus orígenes, siglo XV, el Concejo se reunía en su atrio”
La iglesia de San Juan, que corona al barrio al que da nombre, será restaurada y acondicionada para actividades socio culturales. El anuncio lo hacía este martes el alcalde, Fulgencio Gil Jódar, quien presentaba el proyecto de ejecución de las obras que pretenden la “consolidación, restauración y rehabilitación del monumento y su entorno para usos culturales”.
El templo, como remarcaba, se encuentra en la Zona I del centro histórico de Lorca, en el entorno de protección del Castillo. “En el camino de subida a la Alcazaba, ubicación trascendental para todas las visuales y perspectivas desde la Ciudad y desde el propio Castillo”.
La iglesia está incluida en el Catálogo de Bienes Protegidos con el número 6 del Plan General Municipal de Ordenación Urbana de Lorca y Protección grado 2 de la Consejería de Cultura, por lo que las obras permitidas son las de consolidación, conservación, restauración, reforma, derribos parciales y reconstrucción y derribos parciales y obra nueva. Es del siglo XV y fue reconstruida en el XVII. “Es de cruz latina, levantada en piedra y ladrillo. En el crucero hay una cúpula octogonal con grandes huecos y una cubierta de teja vidriada azul en buen estado. Esta misma teja corona la torre, situada a los pies, con base circular y remate octogonal”.
El alcalde indicaba que su estado “está bastante deteriorado. Tiene refuerzos y añadidos realizados con perfiles metálicos, bloques de hormigón y cubiertas de fibrocemento. Inicialmente perteneció al gótico tardío, pero no presenta ningún rasgo de aquella época porqu tuvo que ser reconstruida tras el terremoto de 1647”.
Y añadía que “tiene especial importancia para la Ciudad no solo por tratarse de un monumento de consideración, sino porque en sus orígenes, siglo XV, el Concejo se reunía en su atrio”, aunque de la primitiva iglesia gótica solo queda su torre cilíndrica, “que era una torre de vigilancia almenada hasta la segunda mitad del siglo XVIII, que fue posteriormente adaptada como campanario”.
A mediados del XVII sufrió reformas su capilla mayor, coro y torre, siendo gravemente afectada por el terremoto de 1647 que derribaría parte de las parroquias altas y una parte importante de la Ciudad, arruinando la cercana ermita de San Indalecio, construida en el siglo XVI.
Su decadencia, recordaba, comienza con la desamortización de 1835. La Colegiata de San Patricio cobra importancia en detrimento de las iglesias de los Barrios Altos. La destrucción de las imágenes que adornaban el retablo mayor, el archivo parroquial y todos sus documentos, se produce durante los acontecimientos del 14 de agosto de 1936. San Juan desaparece como parroquia, traspasándose la feligresía a la parroquia de Santiago, quedando en completo abandono, como se reseña en el proyecto del arquitecto Francisco Jurado.
Recordaba que “se han producido distintos intentos no de recuperación, pero sí de consolidación. Tras el terremoto del 11 de mayo de 2011 sufre una serie de daños adicionales a los que ya de por sí arrastraba. Y se ejecuta el zunchado de la torre campanario, mediante perfiles y pletinas metálicos, apeo y refuerzo de muros y tabicado de huecos”.
El estado de conservación del edificio es de “abandono y deterioro. Sufre falta generalizada de cubiertas, salvo en la cúpula y torre, y las bóvedas centrales han desaparecido”. A pesar de ello, relataba, “aún es recuperable buena parte de su magnífica arquitectura interior y de su decoración barroca, incluso las pinturas murales que aún hoy se conservan. Sorprende que, a pesar de estar tantos años expuesta a la intemperie, cuente con tantos elementos originales conservados y que pueden ser puestos en valor”, agregaba.
La intervención que se pretende es de “restauración y conservación de los elementos existentes, la cubrición y cierre de todos los espacios y el acondicionamiento interior para su uso relacionado con actividades socio culturales”. A nivel estructural, además de la consolidación y refuerzo de fábricas y restos de bóvedas que aún sobreviven, se “utilizará una estructura de madera laminada y tablero fenólico, que seguirá el orden de arcos fajones y bóvedas ya desaparecidos, de modo que la propia estructura va conformando espacios de la misma geometría que los originales”, explicaba.
Se pretende mantener exteriormente la planta de cruz latina abovedada que enmarca la centralidad de la cúpula decorada. Y se abrirán los ocho huecos en el tambor de la cúpula, que “permitirá repartir homogéneamente la iluminación y ventilación y admirar las bellas decoraciones del interior una vez restauradas”.
El actual acceso a la iglesia “está peligrosamente pegado a la carretera de subida al Castillo, por lo que se creará un vestíbulo de acceso junto a las capillas de la fachada. Y se construirán aseos en el cuerpo de la antigua sacristía y espacios administrativos en dos niveles”.
Además, ofrecía otros detalles de la recuperación del monumento. “Se limpiarán, consolidarán y restaurarán todos los elementos de cornisas, estucados, pilastras, revestimientos y pinturas murales, quedando remarcados por la neutralidad de los elementos de nueva construcción. El suelo será a base de un pavimento nuevo de mármol con climatización (calefacción y refrigeración) por suelo radiante, mediante conductos de agua”.
El presupuesto de las obras asciende a 2.582.917,87 euros, que será financiado por el Ministerio de Fomento. El proyecto básico y ejecución, redactado por el arquitecto Francisco Jurado, con un coste de 18.150 euros, ha sido financiado por el Ayuntamiento, que también se hará cargo del montante de la dirección de la obra que supondrá 44.770 euros.
El proyecto ha sido informado favorablemente por la Dirección general de Patrimonio Cultural de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia por estar en el entorno de protección del Castillo.