Vecinos de la calle Portijico y de la Avenida de las Fuerzas Armadas se plantan frente a la enésima obra pública en la calle Lope Gisbert. “Hace tiempo podríamos sentirnos olvidados y maltratados, pero hoy, pasados tantos años y vistas tantas obras en otros lugares, sólo podemos afirmar que nos castigan y nos maltratan de modo premeditado”, afirman los vecinos.
Lorca, 20/08/2025. El portavoz local de IU-P-AV, Pedro Sosa, acompañaba esta mañana en su plantón a un grupo de vecinos representantes de dos calles del barrio que llevan años quejándose de la falta de atención pública en forma de inversiones y obras. El edil de izquierdas afirma que ni su formación política ni los vecinos de Portijico y Fuerzas Armadas que esta mañana acudieron a la lorquina plaza de Santo Domingo están en contra de las obras de Lope Gisbert que se ejecutan actualmente, pero no es entendible que esa calle vuelva a levantarse de nuevo en muy poco tiempo, cuando los vecinos del Portijico llevan más de medio siglo sin conocer obras públicas en su calle, y los de la Avenida de las Fuerzas Armadas viven desde los terremotos de 2011 con un servicio público, tan básico y necesario como el del saneamiento, sin funcionar.
Tanto el portavoz de la coalición de izquierdas como los vecinos que han tomado la palabra en la rueda de prensa a pie de obra han criticado el trato humillante, desigual e injusto que reciben desde hace años estas dos calles del barrio y quienes en ellas residen.
Blas Ruiz, vecino de la Avenida de las Fuerzas Armadas, explica que las viviendas, sótanos y bajos comerciales de los primeros edificios ubicados en esa avenida —desde la esquina que configura con la calle Puente de Churra— sufren desde hace años un problema grave de saneamiento que tiene su origen en la exclusión de un tramo de esa calle de las obras de regeneración urbana financiadas por el BEI (aceras y pavimento, abastecimiento y saneamiento) que se hicieron en su día en multitud de calles de Lorca tras el terremoto.
Pero esa exclusión, motivada y razonable justo después del terremoto al estar esos inmuebles realizando obras de reparación que desaconsejaban compatibilarlas con la obra pública, hacía años que debiera haberse solucionado. Ese destiempo ha provocado que las infraestructuras de saneamiento y alcantarillado a las que van las aguas residuales estén por debajo del nivel del resto de las existentes en la Avenida de las FFAA, con lo que esas aguas no circulan, quedan muertas, retornen a las viviendas por los patios, sumideros y bañeras, y, además del problema sanitario que generan, podrían estar afectando gravemente a las estructuras de los edificios.
Blas Ruiz afirma que llevan cuatro corporaciones municipales, tres alcaldes y 100 actas de concejales obligados a servir al pueblo de Lorca, sin que de momento se atienda una demanda tan legítima como la que exponen. Sosa, por su parte, sostiene que además de los responsables del PP y VOX que hoy gobiernan, los sucesivos gerentes de “Aguas de Lorca” pasan de todo. Esa empresa, que afirma tener beneficios millonarios gracias a los recibos muy subidos que cobra a los ciudadanos por el agua potable y el saneamiento, está realizando una dejación de funciones al no atender esta petición que para ellos es una obligación inexcusable que están incumpliendo. El problema es que los políticos que mandan son incomprensiblemente tibios con los gerentes de esta empresa mixta, que siempre vienen puestos por la parte privada para defender e imponer sus intereses sobre el interés general.
Por lo que hace al Portijico, sus vecinos claman contra lo que les ocurre. Isabel Ruiz, vecina de esa calle y portavoz de los vecinos, afirma que llevan 50 años sin renovación urbana, sin corregir deficiencias evidentes en el alumbrado público, sin mobiliario urbano, sin una red de pluviales que recoja los ríos de agua que bajan de los cabezos próximos y sin una red de saneamiento adecuada y dimensionada a sus necesidades. Todo ello ha provocado ya varios reventones de tuberías y ha dejado el firme de la calle como un rompecabezas repleto de parches. Afirman los afectados que han pedido en reiteradas ocasiones que se dote a esta calle de proyectos y de la financiación necesaria, ya que sus vecinos pagan los mismos impuestos y merecen la misma atención que los de las calles que sí fueron renovadas tras el terremoto.
Los vecinos en su conjunto dicen que no tienen nada contra las obras en otros lugares de Lorca, pero que no hay planificación, ni calendario, ni criterios, ni política. Todo es arbitrario y caprichoso, y “hace tiempo podríamos sentirnos olvidados y maltratados, pero hoy, pasados tantos años y vistas tantas obras en otros lugares, sólo podemos afirmar que nos castigan de modo premeditado”. Nos sentimos “castigados”, han sentenciado.