En los próximos días se aplicará un tratamiento especial a la solería de barro y se colocará la escalera de acceso al monumento
El conjunto, concebido en 1646 por Pedro Milanés, resultó gravemente dañado durante los terremotos de 2011
Santiago Parra Soriano, edil de Cultura: “En muy pocos días esperamos que el conjunto de arcadas se sume al recorrido turístico de la Ciudad”
La arquería del antiguo claustro de Santo Domingo, que fue concebida por Pedro Milanés en 1646, era sometida en la noche de este lunes a las últimas pruebas de iluminación en la recta final de su restauración. Los trabajos eran supervisados por el concejal de Cultura, Santiago Parra Soriano, al que acompañaban el arquitecto director de las obras, Juan Carlos Cartagena; y el gerente de la empresa de cantería y restauración que se ha encargado de los trabajos, Teo Campoy Martínez.
En compañía de los técnicos recorrieron el monumento con intención de localizar posibles zonas de sombra. “Desde el verano venimos realizando distintas pruebas de iluminación, pero esta es probablemente una de las últimas”, admitía el concejal de Cultura que se mostraba satisfecho por el resultado. “La iluminación es muy precisa, permitiendo un visionado nocturno de todos los elementos que conforman el antiguo claustro de Santo Domingo. El resultado es espectacular”, añadía.
Se han iluminado las arcadas del primer cuerpo, pero también del segundo y la zona central del antiguo claustro. El visionado general del monumento es complicado, ya que dos árboles lo impiden. “Estamos viendo la posibilidad de proceder al traslado de estos dos ejemplares que no solo no permiten contemplar las arcadas de forma general, sino que penetran con sus ramas en el claustro, lo que puede ocasionar inconvenientes”, aportaba Soriano Parra.
Las obras de restauración, significaba, están en la recta final. “Queda muy poco. Estos días se está finalizando la colocación de las losas de barro. Unas losas que se han tenido que hacer expresamente con las mismas dimensiones que las originales del monumento. Se están terminando de instalar y, a continuación, se aplicará un tratamiento para eliminar su porosidad. Tras el rejuntado y la limpieza general se podrá abrir a las visitas el antiguo claustro de Santo Domingo”.
Recordaba la dificultad del proyecto durante el que 560 piezas sigladas, que fueron retiradas durante los terremotos de mayo de 2011, eran devueltas a su lugar de origen. “La actuación se ha ido adaptando conforme se producían distintos hallazgos. Hay que recordar que, bajo el nivel del pavimento de la calle, empotradas, aparecían las basas y parte de los fustes de las columnas de las arquerías, por lo que se acometió una excavación para llegar hasta el punto de arranque”.
La puesta en valor de todo el conjunto se realizaba con “métodos tradicionales con la incorporación de morteros de cal hidráulica y mezcla de áridos ajustados con cuñas de madera. Y la inyección de lechada de cal por gravedad a través de orificios originales existentes en las piezas de cantería”, detallaba Soriano Parra.
El Conjunto Monumental de Santo Domingo recupera “sus tres construcciones alineadas, claustro, iglesia y capilla, pertenecientes al desaparecido convento dominico”. Y recordaba que la actuación ha supuesto una inversión de casi medio millón de euros financiados por la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia y el Ayuntamiento.
Los orígenes del monumento se remontan “allá por 1547, cuando un grupo de frailes erigieron en Lorca un nuevo establecimiento de la Orden de Predicadores. Lo único que queda de este convento es esta parte de su patio porticado del que decía el Padre Morote contaba con grandes y famosos lienzos de pintura. No solo se incorpora al recorrido turístico de la Ciudad, sino que nos permitirá poder llevar a cabo en él determinados actos como recepciones que se celebran hasta ahora únicamente en el patio porticado del Palacio de Guevara y en el antiguo claustro de la Merced. La nueva iluminación permitirá que no solo pueda utilizarse de día, sino también al caer el sol”.
Las obras han costado 368.050,48 euros. A los que hay que sumar los costes de las dos excavaciones arqueológicas por un montante de 48.243,21 y 46.506,96 euros. Y los honorarios técnicos, 17.372 y 14.036 euros. Todo ello, suma 492.208,6 euros, que financiaban la Comunidad Autónoma, 376.915 euros, y el Ayuntamiento, 117.293,6 euros.