El edil de izquierdas exigirá la dimisión de ambos si a 31 de diciembre, como exige la ley, Lorca no cuenta con un presupuesto municipal aprobado
También pide que el debate de las ordenanzas fiscales se traiga ya al Pleno y que se incorporen en las mismas las propuestas de su grupo que fueron aprobadas por unanimidad en favor de las pedanías de Lorca
Otro año más, todo apunto a ello, los Presupuestos Generales del Ayuntamiento de Lorca no se aprobarán en el seno de un Pleno extraordinario y monográfico que debata con rigor la más trascendental obligación que tienen los ayuntamientos españoles una vez al año.
Otro año más, todo apunta a ello, los presupuestos se pretenderán ocultar en un orden del día plagado de asuntos a tratar, evidenciando de nuevo su carácter vergonzante y lo escasamente satisfechos y orgullosos que deben estar de sus proyectos presupuestarios cuando pretenden pasar este “trámite” sin hacer mucho ruido, desapercibidos y camuflados en multitud de debates plenarios.
Otro año más, todo apunta ello, y este el reproche más grave, los presupuestos vienen además de mal, tarde, con un retraso de varios meses al Pleno. Así lo ha denunciado en rueda de prensa el edil de izquierdas, Pedro Sosa, dando lectura a los artículos 168 y 169 de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, donde se abordan diversos aspectos relacionados con la elaboración y aprobación de los presupuestos generales de los ayuntamientos, realizando varios mandatos de orden temporal a los alcaldes. Se trata de obligaciones legales, no de recomendaciones, ha sentenciado el concejal. Y entre esos mandatos, Sosa ha destacado 1) el de remitir los presupuestos de cada uno de los organismos autónomos y sociedades mercantiles a la Entidad Local de la que dependan antes del 15 de septiembre de cada año; 2) el de “formar” el presupuesto general y remitirlo al pleno de la corporación antes del 15 de octubre de cada año; y 3) el de proceder a la aprobación definitiva del presupuesto general por el Pleno de la corporación antes del día 31 de diciembre del año anterior al del ejercicio en que deba aplicarse.
Sosa sostiene que hace treinta años, en la década de los noventa del pasado siglo XX, en Lorca y gracias a IU ya se debatía sobre la necesidad de elaborar presupuestos “participativos” para implicar democráticamente a la sociedad de Lorca en las cuentas del municipio, para que los vecinos de los barrios, los jóvenes y gentes de las pedanías, los amigos de la cultura o los del medio ambiente, para que los profesionales, los comerciantes, los empresarios, los sindicatos y las ONGs, etc., pudiesen “decidir” sobre la dirección de las inversiones y sobre el reparto de los dineros públicos de Lorca.
Hoy, treinta años después, ha sido tal el nivel de degradación de la política local que hablar de “presupuestos participativos” es toda una “quimera”, y ya sólo nos tenemos que conformar con recordar a los que mandan que tienen la obligación de cumplir con lo que está escrito en las leyes.
Por eso, si a 31 de diciembre nos volvemos a encontrar con que Lorca va a comenzar un nuevo año, en este caso 2025, sin un presupuesto local que encauce, racionalice y discipline gastos e inversiones, exigiremos la dimisión del Alcalde de Lorca y de la concejala de Hacienda.
Sosa ha concluido que el Alcalde de Lorca nos “vendió” la entrada de la extrema derecha en el gobierno de Lorca afirmando que eso generaría estabilidad y certezas para aprobar presupuestos, ordenanzas fiscales y otros asuntos de gran relevancia para Lorca, pero estamos viendo que está sucediendo todo lo contrario.
No sólo no tenemos barrios más seguros, como decían en su propaganda electoral, sino que la entrada de VOX al gobierno local, y el reparto entre sus concejales de responsabilidades para las que no están preparados, nos está dejando un pueblo “desgobernado”, sin que los principales instrumentos de acción y dirección política de un municipio se aprueben con normalidad y se pongan a funcionar en beneficio de todos. Una Lorca que cada día se hunde más en el ranking regional (y nacional) de renta y calidad de vida de sus vecinos. Una Lorca en la que la portavoz de la extrema derecha desatiende hasta tal punto sus obligaciones directas en los asuntos de su competencia que, siendo responsable del control de plagas cada día hay más ratas, que siendo responsable de la despoblación de las pedanías, cada día las pedanías van a peor, incumpliendo compromisos y acuerdos con sus vecinos aprobados en Pleno e impidiendo la participación de todos en foros excluyentes que deberían ser inclusivos.