El colapso de una vivienda de San Pedro por las obras del vial de los barrios altos es una gota en un océano de obras mal hechas
Hay empresas que, con el silencio cómplice de quienes gobiernan, hacen lo que les da la gana, con unas carencias muy graves de supervisión, de control de calidades y de falta de responsabilidad social
Llevamos mucho tiempo advirtiendo que las obras del vial de los barrios altos, por las peculiaridades geológicas del suelo en el que se ejecutan y por la tipología de la edificación que allí existe, podrían ocasionar daños en las viviendas de los barrios de Lorca donde se está realizando el este vial. Unos daños que, habida cuenta la renta económica de las familias que allí se asientan, podría afectar a la única opción habitacional con la que cuentan estos vecinos, dejándolos literalmente en la calle.
Pero no ha sido hasta ahora, al colapsar una vivienda en la calle Tejeros de San Pedro y siendo más que posible que otras edificaciones resulten asimismo afectadas, cuando todo son prisas por visitar la zona y buscar explicaciones.
Sosa afirma que desde hace años viene denunciando muchos episodios de ejecución deficiente de obra pública en Lorca. En la última década, afirma, nuestro municipio ha sido objeto de multitud de obras públicas vinculadas a los daños del terremoto de 2011, y sólo IU ha estado pendiente de llamar la atención por la mala ejecución en muchas de ellas. Una circunstancia que, recuerda Sosa, nos ha llevado hasta los tribunales a defendernos de las querellas que nos ponían empresarios y políticos.
Para el edil de la coalición de izquierdas “hemos hecho lo que teníamos que hacer en defensa de los vecinos afectados”; sea de quienes residen en los cabezos de San Cristóbal afectados por la deficiente terminación de calles y a los que se les han venido las casas literalmente abajo, o sea de aquellos vecinos de calles a las que la obra ni siquiera ha llegado 12 años después del terremoto, como sucede en la calle Portijico, o sea de los comerciantes cansados de obras interminables en La Viña, Jerónimo Santa Fe, o Alameda Cervantes, o sea de los vecinos de San Antonio hartos de ver durante años como, en una obra pública de gran magnitud, pasaban los meses y apenas había uno o dos trabajadores en ella.
Lo último que hemos tenido que aguantar en este ámbito ha sido la ejecución de la carretera que comunica Lorca con Campo López, Morata y el tramo litoral lorquino. Una obra que, contraviniendo las leyes y los derechos de los vecinos, se está ejecutando con un corte ilegal de la vía afectada y la incomunicación de centenares de ciudadanos afectados con las consecuencias que de ello se derivan. Una circunstancia frente a la que el Ayuntamiento de Lorca, con la excepción del grupo municipal de IU, ha estado de brazos cruzados.
Para Sosa muchas de estas deficiencias nos las podríamos ahorrar si los gobiernos de turno, local y regional, del PSOE y del PP, hubieran hecho sus deberes de supervisión, control, sometimiento a las empresas a sus responsabilidades sociales, exigencia de responsabilidades civiles en los casos en las que cabía exigirlas, y defensa de los vecinos y del interés general siempre.