– El protagonista del libro de Castillo Navarro era trasladado a los talleres de Desarrollo Local y Empleo donde ha sido sometido a una exhaustiva limpieza
– Los trabajos los dirigía el autor de la pieza, el restaurador, escultor y maestro Antonio García Rico
– La actuación permitía embellecer el lugar con la instalación de una nueva iluminación a la que se sumará en unos días decoración floral
– Este espacio fue creado en los últimos años del siglo XVIII, aunque su denominación pueda hacer pensar que es mucho más reciente
‘El niño de la flor en la boca’, el protagonista de la narración del escritor lorquino José María Castillo Navarro que cobraba vida en forma de escultura, resurgía estos días tras los trabajos ejecutados en la Placica Nueva por la Concejalía de Desarrollo Local y Empleo. “El lugar es un homenaje a este murciano ilustre al que los expertos han calificado como uno de los más brillantes narradores de su época. Nacía en la calle Redón y se le honraba con uno de los protagonistas más conocido de sus obras, el hijo de Ginés y María. De esta forma, se dotaba de vida eterna no solo a su personaje y su obra, sino al propio autor”, recordaba la edil de Desarrollo Local y Empleo, Rosa María Medina Mínguez.
Pero ‘El niño de la flor en la boca’ y todo su entorno presentaban graves deficiencias que se han subsanado recientemente. “La escultura estaba vencida, por lo que ha sido recolocada. Estaba fuertemente inclinada. Incluso los cimientos presentaban una profunda desviación que hacía temer porque pudiera –si no se remediaba- caer por efecto del peso y la tensión que soportaba”, explicaba la edil de Desarrollo Local.
La escultura y el monolito que la soportaba eran recolocados, dotándola de nuevos cimientos que se habían visto afectados por el paso del tiempo y el agua de los riegos del pequeño jardín que la circunda. La imagen de ‘El niño de la flor en la boca’ era trasladado a los talleres de la Concejalía de Desarrollo Local. “Ha sido sometida a una exhaustiva y profunda limpieza”, detallaba Medina Mínguez.
Curiosamente los trabajos los dirigía el escultor, restaurador y director de los talleres, Antonio García Rico, quien precisamente es el autor de la pieza. “Él le pone mucho interés a todas las piezas que pasan por el taller, pero me consta que a esta le ha puesto un cariño especial porque fue precisamente quien la creó”.
Los trabajos abarcaban el entorno que ha sido dotado con una iluminación extraordinaria que permitirá contemplar mucho mejor la escultura. “Se han colocado cuatro focos de acero que darán luz a la pieza y que están reforzados para evitar su deterioro”, añadía la edil de Desarrollo Local y Empleo. Junto a ella, también comparecía el edil de Parques y Jardines, Antonio David Sánchez, que explicaba que en los próximos días se mejorará la decoración floral de la plaza, aunque deberá esperar, todavía, algunas semanas. “De todos es conocido el problema que tenemos en nuestros parques y jardines. Carecemos de flores en los viveros municipales, que están vacíos, por lo que en cuanto contemos con la partida oportuna podremos no solo decorar la Placica Nueva, sino también la Plaza del Óvalo, la de Colón, San Fernando… Y muchos otros espacios verdes del municipio”.
La Placica Nueva, como recordaba la edil de Desarrollo Local y Empleo, es llamada así en los últimos años del siglo XVIII. “Aunque su denominación nos haga pensar que es mucho más reciente”. Fue concebida originariamente para acoger en ella los tradicionales mercados en los que se vendían artículos de primera necesidad. En 1970 se celebraba en ella y en las calles adyacentes el tradicional mercado de los jueves. “Llegaba a este lugar desde su anterior ubicación en la Plaza de España. Más tarde se llevaba al recinto de Santa Quiteria, desde donde nuevamente era trasladado al lugar actual, en el Recinto Ferial del Huerto de la Rueda”, concluía Rosa María Medina Mínguez.