El Ayuntamiento impulsa la conservación de la identidad patrimonial en las rehabilitaciones, empezando por un edificio de viviendas para jóvenes que llevará el nombre de la familia Marín-Pérez Monte y Garro.
El Gobierno de Lorca ha anunciado este jueves una iniciativa para preservar la denominación original de las casas solariegas del casco histórico tras su rehabilitación o reconstrucción. La medida, presentada por la concejala de Urbanismo, María Hernández Benítez, busca proteger el legado cultural de la «vieja ciudad» y reforzar su atractivo turístico y social.
El primer caso será el edificio municipal de viviendas para jóvenes en construcción en la calle Selgas, que adoptará el nombre del escudo heráldico que preside su fachada: Marín-Pérez Monte y Garro, perteneciente a una familia prominente del siglo XIX. Además, otro solar en la misma zona —antigua propiedad de la familia Ortiz Alcázar— podría llamarse Casa de los Ortiz Alcázar en honor a sus antiguos moradores.
Recuperar la historia, piedra a piedra
Hernández Benítez destacó que la iniciativa no solo implica restaurar fachadas, sino también rescatar la memoria de los inmuebles:
«La Casa de los Marín Pérez Monte es un edificio del primer tercio del siglo XIX, con un escudo del XVII. Queremos que su historia perviva como seña de identidad de Lorca», explicó.
La edil señaló que, cuando no existan registros del nombre original, se recurrirá a la heráldica o a archivos catastrales. Por ejemplo, el solar de Leonés —donde se construirá otro bloque de viviendas— perteneció en 1926 al sacerdote Bartolomé Ortiz Alcázar, y antes a su pariente Julián. Investigaciones sugieren que el inmueble sufrió daños por un incendio vinculado al terremoto histórico que afectó a la iglesia de Santiago.
Un casco histórico «activo y atractivo»
El proyecto se enmarca en la reactivación integral del centro, que incluye:
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Rehabilitación de viviendas y monumentos (tras los daños del terremoto).
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Apertura de comercios en zonas como la calle Cava, donde décadas después resurgen negocios.
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Normativas estéticas: cartelería sin colores estridentes y balcones libres de objetos antiestéticos («No son almacenes», recordó la concejala).
«Queremos recuperar el encanto de antes: balcones con flores, no con colchones o bombonas de butano. Cada turista que fotografía Lorca se lleva también esos detalles», subrayó Hernández Benítez.
Próximos pasos
Las obras del edificio en la calle Selgas avanzan, aunque el Ayuntamiento no ha precisado fechas de finalización. La medida ya genera expectativa entre historiadores y vecinos, que ven en ella un puente entre el pasado aristocrático y la vida moderna de la ciudad.
Mientras, el consistorio insiste: la «vieja ciudad» no será solo un museo, sino un espacio vivo, donde piedras centenarias y nuevas generaciones compartan historia.
¿Sabías qué?
El Plan Especial de Protección del Casco Histórico cataloga los inmuebles por su valor patrimonial. El de Marín-Pérez Monte tiene Grado 3, por su fachada tradicional y su escudo barroco.