Esta actuación responde al avistamiento, cada vez mayor, de muflones del Atlas en zonas menos salvajes y cercanas a la urbe con el objetivo de evitar posibles perjuicios
El ‘efecto llamada’ ante la existencia de estos animales en las cercanías del Cejo de los Enamorados ha provocado que se incremente notablemente el número de visitantes
Además, la puesta en funcionamiento de la Ronda Norte ha hecho que aumente el tránsito de conductores, por lo que se atiende también, y especialmente, a su seguridad
El alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, ha informado, en la mañana de este martes, de la instalación en las carreteras que dan acceso al Castillo de Lorca y de la Parroquia de hasta 8 señales verticales de advertencia de ‘paso de animales en libertad’, debido, fundamentalmente, a la elevada presencia de arruís en las inmediaciones del Cejo de los Enamorados y a su avistamiento, cada vez mayor, en zonas menos salvajes y cercanas a la ciudad.
Lo ha hecho junto a los ediles de Calidad Urbana y Medio Ambiente y Movilidad Urbana, Juan Miguel Bayonas y María Hernández, respectivamente, en la rotonda cercana al CEIP Casa del niño que da acceso desde la calle Mayor de Santa María al camino de los Pilones por la bifurcación de la ladera del Castillo; por donde se estaban, ya desde primera hora de la mañana, acometiendo los primeros trabajos por parte de los operarios.
“Esta actuación del Consistorio lorquino responde a dos factores principales: el primero de ellos es que la proliferación de estos animales por este enclave ha dado como resultado un ‘efecto llamada’ de visitantes, aumentando el número de senderistas que recorren estos parajes cercanos al Castillo. ¿Qué sucede? Que poco a poco estos muflones de Atlas -se han avistado grupos de hasta 8 ejemplares- están perdiendo el miedo a los humanos y a desplazarse más allá de estos terrenos, que han -poco a poco- convertido en su hábitat, llegando hasta otras zonas más alejadas de la sierra y más urbanizadas. Hemos visto cómo se han hecho virales imágenes de arruís saltando la muralla del Castillo, incluso cerca de algunas casas de El Consejero, en las inmediaciones de la carretera… Son inofensivos, muy tranquilos y apacibles, pero pueden asustarse cuando ven a las personas cerca y correr sin distinguir que en su trayecto se encuentra una vía de asfalto por donde circulan vehículos con el consiguiente peligro, tanto para ellos como para los propios conductores”, ha indicado Gil Jódar.
“Además está -y aquí llega el segundo factor- la apertura de la Ronda Norte. El vial de los Barrios Altos, que une la Ramblilla de San Lázaro con la carretera de La Parroquia, liga los barrios de San Lázaro, San Pedro, Santa María y San Juan, pero también da acceso al resto del casco antiguo sin tener que hacerlo por la arteria principal de la ciudad, lo que ha dado como resultado que miles de vehículos opten por esta opción antes que entrar en el casco urbano. Consecuencia: un mayor tránsito de viajeros que pueden encontrarse, sin querer, con alguno de estos animales, incluso grupos de ellos. Y, por su puesto, ante estas circunstancias, desde el Ayuntamiento nos hemos visto no sólo en la necesidad sino también en la obligación de prevenir a los conductores que circulan por estas carreteras, cercanas a los espacios donde han sido avistados”.
“Lo que intentamos con esta actuación es avisar a los conductores de que en el tramo por el que circulan puede cruzarse un animal salvaje, previniéndoles de que deben estar atentos y realizar una buena conducción, aminorando la marcha, sobre todo cuando esta especie tiene una mayor actividad, como es al amanecer y al atardecer. No hay que olvidar que los accidentes en carretera entre animales salvajes y vehículos constituyen un riesgo muy significativo, tanto para la seguridad del viajero como para la fauna, sobre todo en terrenos cercanos a espacios naturales, como es el caso, y sus consecuencias pueden ser muy graves”.
Cabe recordar que el muflón del Atlas o carnero de Berbería es nativo de las zonas rocosas del Sáhara y el Sahel, llegando a pesar hasta 150 kilos, alcanzando los 165 centímetros de largo y superando los 100 de altura a la cruz, por lo que una colisión podría dar como resultado un fatal desenlace.
“Aquí, en el municipio se habían visto arruís en enclaves como la Sierra del Cambrón, de Tercia, Torrecilla y Gigante-Pericay; y, anteriormente, habían hecho alguna aparición en el Cejo de los Enamorados, por la Sierra de la Peñarrubia, pero no de un número tan elevado de ejemplares como los que se están observando últimamente por las inmediaciones del Castillo y del Parador”, apuntaba el alcalde, que hacía alusión al posible origen de la llegada aquí de estos ejemplares, y que podría estar en la actual gestión cinegética de esta especie en Sierra Espuña, según apuntan numerosos científicos, biólogos y expertos.