Los italianos eran recibidos en San Mateo con una eucaristía y descansaban en el Monasterio de Santa Ana y Santa María Magdalena de clarisas antes de continuar su viaje
La Ciudad se ha convertido estos días en lugar de descanso de cientos de peregrinos que acudían o volvían de la Jornada Mundial de la Juventud
El edil Santiago Parra anunciaba que trabajan en una ruta específica destinada al turismo religioso que cada año genera en nuestro país más de 22.000 millones de euros
La Ciudad recibía a un nuevo grupo de peregrinos que, en esta ocasión, regresaban de Lisboa tras participar en la Jornada Mundial de la Juventud junto al Papa Francisco. Llegaban a media tarde y eran recibidos en San Mateo por los tenientes de alcalde de Tradiciones y Festejos, María de las Huertas García, y el de Turismo, Santiago Parra. Junto a ellos, participaban en una eucaristía, para poco después trasladarse hasta el Monasterio de Santa Ana y Santa María Magdalena de clarisas donde cenaban y participaban de los testimonios de las monjas que en los últimos años se han incorporado al convento de clausura.
Allí pasaban la noche y emprendían camino de regreso hacia la región italiana de la Liguria, donde integran el movimiento eclesial del Camino Neocatecumenal, que también está presente en nuestra ciudad en la Parroquia de San Mateo. Los jóvenes llegaban al templo y lo abandonaban con cánticos para testimoniar la alegría de ser cristiano, como han hecho por las distintas ciudades que han recorrido en su peregrinación de fe.
El edil de Turismo, Santiago Parra, mostraba su satisfacción porque Lorca se haya convertido estos días en lugar de descanso de cientos de peregrinos tanto a la ida como a la vuelta de la Jornada Mundial de la Juventud. “Testimonia la importancia que tiene nuestra Ciudad. El Monasterio de Santa Ana y Santa María Magdalena de clarisas se ha convertido en un punto de referencia. Ha acogido a decenas de peregrinos, como también lo han hecho lorquinos a título particular que han prestado sus hogares para el descanso de muchos jóvenes que necesitaban de un lugar donde comer y hacer un alto en el camino antes de continuar su viaje”.
Y hacía referencia a que el turismo religioso, “modalidad de viaje motivada por la fe, la espiritualidad, la devoción o el interés por conocer el patrimonio de arte sacro, genera cada año en nuestro país más de 22.000 millones de euros y da trabajo a 225.000 personas. Se trata de cifras impactantes que ofrecía la Conferencia Episcopal Española y que nos hace reflexionar sobre el amplio patrimonio religioso con que cuenta la ciudad, pero también las celebraciones que tienen lugar en torno a él”.
Esta circunstancia, insistía, ha llevado a que desde la Concejalía de Turismo se trabaje en una ruta específica destinada al turismo religioso. “Tenemos mucho que ofrecer. La Semana Santa es uno de nuestros principales atractivos, pero hay mucho más. Están los museos de las cofradías de Semana Santa, pero también tenemos iglesias, ermitas, monasterios y conventos y celebraciones. Somos un crisol de culturas y religiones que han dejado su huella y que hay que dar a conocer como puntos de peregrinación obligados para los devotos”.
El reciente anuncio por parte del Vaticano de la reapertura de la causa para santificar al beato Pedro Nolasco Soler planteaba la necesidad de trazar una ruta con los lugares que formaron parte de la vida del lorquino antes de integrar la primera expedición misionera a Tierra Santa donde perdía la vida tras ser martirizado. “Es importante porque se trata de un lorquino. El primero en convertirse en santo. En torno a este anuncio se ha creado un mayor interés por saber más de este rabalero que fue martirizado hace 163 años en Damasco junto a siete religiosos más”.
La casa donde nació, en la calle Abellaneda; la iglesia de San Cristóbal, donde fue bautizado y se guarda una reliquia del beato; el Monasterio de Santa Ana y Santa María Magdalena de clarisas, donde se conserva el alba con el que ofició su primera celebración… podrían integrar esa ruta que cobra mayor protagonismo desde que se conocía que el Vaticano podría reabrir la causa de los conocidos como ‘Ocho mártires de Damasco’ con intención de hacerlos santos. Incluso se podría plantear la reedición de la publicación ‘Vida del Beato Pedro Soler. Franciscano y mártir lorquino (1826-1860)’, del franciscano Pedro Riquelme Oliva, que reunía en 1998 toda la información y documentos de su vida y obra.