Cuatro talleres artesanales en Lorca, con más de 100 empleados, reinventan este tejido tradicional con diseños versátiles que ya suministran a El Corte Inglés, Zara y Leroy Merlín.
La jarapa lorquina, un legado textil centenario originario de la pedanía de Coy, ha dado el salto a los mercados globales gracias a su reinvención como producto multiusos. Los «plaids» —mantas polivalentes con diseños contemporáneos— lideran las ventas en cadenas internacionales, mientras cuatro talleres familiares mantienen viva esta artesanía que emplea a un centenar de personas en las Tierras Altas de Lorca.
Relevo generacional y éxito comercial
La edil de Artesanía, Mayte Martínez Sánchez, destacó durante una visita a los talleres este sábado que «solo el 3% de las empresas familiares sobreviven a la cuarta generación, pero la jarapa lorquina lo está logrando». Ejemplo de ello es el taller Olmedo y Pallarés, fundado en los años 80 por emigrantes retornados de Francia y hoy gestionado por sus hijos. Blas Olmedo, al frente del negocio, explica: «Nuestros ‘multiusos’ se usan como manteles, faldillas de sofá o incluso prendas ligeras. Son piezas únicas, con calidad muy superior a la producción industrial».
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Clientes estrella: El Corte Inglés, Zara Home y Leroy Merlín distribuyen sus productos en Europa y América.
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Innovación: Diseños adaptables (caminos de mesa, alfombras, cojines) y tejidos ecológicos.
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Impacto socioeconómico: Los talleres fijan población rural y atraen turismo de diseño.
De la puerta de casa a las grandes superficies
Las imágenes históricas de vecinos tejiendo a mano en Coy han dado paso a naves equipadas con tecnología sostenible. «Ya no se oyen los telares en las calles, pero se mantiene el espíritu artesanal», señaló Martínez Sánchez. La producción, aunque escalada, preserva técnicas manuales: cada pieza tiene variaciones de color y textura que la hacen irrepetible.
La jarapa —tradicionalmente usada como manta o alfombra— ha sido revalorizada gracias al plan Artesanía 4.0 del Ayuntamiento, que promociona los oficios locales en ferias internacionales. La Casa del Artesano de Lorca exhibe estas creaciones junto a otras tradiciones como la cerámica o el bordado.
«Este sector no ha tocado techo», afirma Olmedo, mientras trabaja en nuevos prototipos para 2026. Con un 40% de sus ventas en el extranjero, la jarapa lorquina demuestra que la artesanía puede ser sinónimo de innovación y empleo estable.