Bajará el recibo del agua de los lorquinos, la empresa de aguas volverá a ser pública y habrá gestión directa de los servicios públicos locales
El candidato a la Alcaldía por la coalición IU+PODEMOS+AV, Pedro Sosa, ha afirmado esta mañana que las elecciones del próximo domingo cerrarán una de las legislaturas más nefastas en materia de infraestructuras para Lorca de lo que llevamos de siglo XXI.
En Lorca ha pasado lo que no ha pasado en ningún otro sitio de España: las obras del AVE nos han dejado para muchos años sin servicio de cercanías hacia Murcia y Águilas; las obras de remodelación de determinadas carreteras de competencia regional se ejecutan cerrándolas a cal y canto e incomunicando a los ciudadanos de Lorca y de sus pedanías (es lo que ha pasado y sigue pasando con el cierre de la carretera a Campo López y Morata, y también con la que nos une con Zarzadilla de Totana); se atrasa la ejecución de obras esenciales para la vertebración de Lorca, que sólo cobran cierto dinamismo cuando se acercan las elecciones: es lo que pasa con las rondas de circunvalación de la ciudad o lo que pasa con el Palacio de Justicia en el corazón histórico de Lorca; y, lo que es peor, se siguen aplazando infraestructuras que debieran ser inaplazables para cualquier político que respetase a su pueblo, como la construcción de un nuevo Hospital para Lorca.
Sosa afirma que en materia de infraestructuras hay que superar cuatro cuestiones esenciales de principio:
1) Las políticas “aldeanas” de los dos partidos que han gobernado en Lorca en las últimas 4 décadas. Se trata de superar el miedo y el “servilismo” hacia los de arriba, levantar la voz y exigir que toda obra pública que se realice en Lorca por parte de otras administraciones debe respetar el derecho de los ciudadanos: a las cercanías, a las carreteras abiertas, a la ejecución en los plazos convenidos, a las calidades…
2) Se debe superar esa tendencia a patrimonializar política y partidistamente las obras públicas. Ya está bien, afirma Sosa, que se diga que esta u otra obra “la han hecho los socialistas”, o “la ha hecho el PP”, como si el dinero lo estuviesen poniendo ellos. El dinero es público y “sagrado”. Ha sentenciado el candidato de la izquierda.
3) La decisión ciudadana, expresada en unos presupuestos participativos, debe sustituir a la “ocurrencia política” y, sobre todo, al interés de las empresas constructoras.
4) La empresa local, la que genera empleo y riqueza para Lorca, la que asume responsabilidad social con nuestro municipio, debe sustituir a la gran empresa foránea y evasora de impuestos en las adjudicaciones de las obras públicas.
Sosa ha afirmado que, ya en materia de infraestructuras propias, dará prioridad a las zonas castigadas y olvidadas en todo el paquete de inversiones realizadas en los últimos años, citando como ejemplos la regeneración integral de la calle Portijico y Los Arcos, todo el eje de comunicaciones que, atravesando varios pedanías (esencialmente la Torrecilla), une Lorca con el Puerto Lumbreras o la comunicación a través de un puente sobre el Guadalentín que conecte la diputación de Río con la umbría del Castillo de Lorca, y que evite atravesar el cauce del río que, en días como estos, se encuentra cortado por las lluvias.
Por último, en materia de servicios públicos locales, Sosa ha prometido bajar los recibos de agua que los lorquinos pagan a precio de “Ribera del Duero”. Sostiene que su programa sigue exigiendo la remunicipalización de un servicio que el PSOE, con el apoyo del PP, vendió a una empresa privada multinacional que lleva casi tres décadas forrándose a costa de meter sus manos en nuestros bolsillos todos los meses. El recibo del agua volverá a ser un “tasa”, dejará de ser un precio público, y se acomodará al coste del servicio, sin que se forre nadie porque un ciudadano abra el grifo de su casa.
Sosa ha afirmado que vuelven a incorporar en su programa la propuesta de crear una “empresa municipal de servicios” que gestione el conjunto de servicios públicos locales: agua, basuras, limpieza, jardines, ORA, grúa, deportes, transportes…, recordando que, tras la remunicipalización de los autobuses urbanos, el servicio ha mejorado sustancialmente en accesibilidad y adaptación a personas con distintas capacidades, en seguridad (ya no arden “cada tres por dos”) en precios y tasas sociales, en renovación de la flota de autobuses y hasta en derechos laborales para los trabajadores.