La figura de las matronas es fundamental para garantizar la salud sexual y reproductiva de las mujeres en España. Sin embargo, la falta de profesionales en esta especialidad, hoy en día, representa una amenaza significativa para la atención integral y de calidad en maternidad y salud femenina en el país.
Declaraciones y situación actual
Actualmente, España debería contar con el doble de matronas del Sistema Nacional de Salud (SNS). La previsión apunta a una disminución aún mayor en los próximos años debido a la jubilación de profesionales mayores de 60 años, y a la escasa formación de nuevas especialistas en los últimos años. Según el presidente del Consejo General de Enfermería (CGE), Florentino Pérez Raya, “faltarían más de 100.000 enfermeras para alcanzar la ratio media de la Unión Europea, y en concreto, se necesitaría el doble de matronas actualmente en el país para cubrir adecuadamente las necesidades”.
Datos y cifras
Con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2023, hay 10.286 enfermeras con título de matrona en España, aunque, según el CGE, solo 8.084 están colegiadas oficialmente, lo que evidencia la necesidad de estudios más detallados para tener una visión real de la situación.
La ratio actual en España es de aproximadamente 12,4 matronas por cada 1.000 nacimientos, muy por debajo de la media de la OCDE, que es de 25. Este déficit afecta todas las áreas, especialmente Atención Primaria y Salud Sexual y Reproductiva, donde las matronas juegan un papel clave, más allá del embarazo y parto.
Formación insuficiente y convocatoria EIR
En la convocatoria de Enfermería Especialista EIR de 2025, se presentaron más de 10.000 enfermeras para las 2.171 plazas ofrecidas, de las cuales solo 451 correspondían a Enfermería Obstétrico-Ginecológica, cifra que ha bajado respecto a años anteriores. El presidente del CGE, Montserrat Angulo, reclama que las autoridades incrementen esfuerzos para fomentar la formación y el número de plazas en esta especialidad.
Intrusismo y riesgos para la salud
Un problema añadido es el intrusismo profesional: muchas de las funciones que deberían realizar las matronas son ejercidas por otros profesionales sin formación sanitaria reglada, o por actividades no oficiales, como los cursos de formaciones no acreditadas, talleres o actividades que no cumplen con los estándares necesarios.
Especial alarma genera la circulación de figuras como las doulas, que no son profesionales sanitarias autorizadas y cuyos tratamientos pueden poner en peligro la salud de madres y recién nacidos. Angulo advierte que esta situación “cada vez debilita más el derecho de los pacientes a ser atendidos por profesionales con la formación adecuada”, y denuncia que la proliferación de cursos no oficiales “está aumentando el intrusismo y poniendo en riesgo la calidad de la atención”.
Conclusión
La falta de matronas en España, sumada a la existencia de intrusismo y a la insuficiente formación, subraya la necesidad urgente de reforzar la profesión, incrementar las plazas de formación y garantizar la calidad en la atención a la salud de las mujeres y los recién nacidos. Solo así se podrá asegurar una atención sanitaria segura, especializada y de fácil acceso para todas.