Plantea un “cambio de modelo educativo de país” que responda a los retos actuales de la sociedad y recupere los valores del trabajo, del esfuerzo, del mérito y de la capacidad
El Gobierno regional propone un “cambio de modelo educativo de país” que responda a los retos actuales de la sociedad y recupere los valores del trabajo, del esfuerzo, del mérito y de la capacidad, y además incluya la extensión de la educación obligatoria hasta los 18 años, “como llave para atajar el abandono escolar temprano y mejorar la preparación y empleabilidad juvenil”.
Así lo expuso este martes el consejero de Educación, Víctor Marín, durante su ponencia en los ‘41 Diálogos de Educación’ organizados por la Confederación de Padres de Alumnos (COFAPA), en la que defendió la necesidad de diseñar “un proyecto educativo único y común para todas las comunidades autónomas, basado en el consenso de la comunidad educativa y alejado de la confrontación política, que corrija disparidades entre territorios y garantice la igualdad de nuestros ciudadanos, su libertad y prosperidad”.
Marín lamentó que España lidere las tasas de abandono educativo temprano en Europa lo que, a su juicio, pone de manifiesto el “agotamiento” del actual modelo, “a pesar de mantener su vigencia tras 30 años de sucesivos remiendos”.
“Nuestro país necesita un salto cualitativo en la formación”, afirmó el consejero, quien urgió a “realizar una reflexión seria, profunda y rigurosa que desemboque en un proyecto educativo unitario llamado a transformar nuestro país a través de la formación”.
Destacó que el primer eje del Ejecutivo regional es el “fortalecimiento de nuestro sistema educativo, porque es la base para construir una sociedad más fuerte y más capaz, y por ello hemos visto la necesidad de conectar las políticas educativas y de empleo en un mismo departamento”.
Argumentó los beneficios que supondría elevar a los 18 años la enseñanza obligatoria, ya que reduciría la tasa de abandono educativo temprano y mejoraría la cualificación académica y profesional de los jóvenes para luchar contra el empleo precario. “No se trata de tener a los jóvenes atornillados a la silla sino de que mejoren su cualificación a través de la adquisición de estudios secundarios superiores mediante un sistema flexible apoyado en una oferta de bachiller suficiente y una Formación Profesional amplía y ajustada a las necesidades del tejido productivo”.
Marín manifestó la necesidad de “recuperar el prestigio social, respeto y autoridad de los docentes, porque nuestros jóvenes necesitan referentes, no influencers”, así como para realizar una monitorización y evaluación permanente de los resultados educativos y reforzar las medidas de apoyo e inclusión educativa destinada a las familias.