“Indefensión, injusticia, humillación, maltrato, opacidad, ineficacia…” .
Tras 13 años aún hay familias lorquinas a las que las administraciones no han abonado la totalidad de las ayudas para reconstrucción y alquiler.
Sosa, que ha vuelto a ser la voz de los afectados, critica que el Alcalde de Lorca afirme que “todo está solucionado” y le pide que de manera inmediata “vaya Murcia y Madrid a pelear por sus vecinos y a exigir el pago total de las ayudas y el cierre de este dilatado episodio de sufrimiento para los afectados”.
“Nada se parece más a la injusticia que la justicia tardía”. Pedro Sosa, portavoz de la coalición de izquierdas, ha vuelto a recurrir a esta frase del filósofo, político y orador romano, Séneca, para describir el padecimiento que sufren desde hace años decenas de familias lorquinas afectadas por los terremotos de 2011. Precisamente las que habitaban las viviendas más dañadas y que tuvieron que ser desalojadas para irse de alquiler -hasta fuera de Lorca- mientras sus casas eran demolidas y/o reconstruidas.
Sosa, siete meses después de que la solución al problema de estos vecinos empezase a atisbarse por las gestiones impulsadas por líderes de IU en Lorca, Murcia y Madrid, ha vuelto a dar la voz a las decenas de familias que aún esperan, 13 años después, la llegada de una carta, o de un correo electrónico, o de una llamada de teléfono… para informarles del ingreso de un dinero que adelantaron hace años y que confían obtener algún día. Unas familias que se han sentido muy dolidas con las últimas declaraciones del Alcalde de Lorca y del Consejero de Fomento, un tal Pancorbo de VOX, en las que, a propósito de este asunto, afirmaba que “sus problemas ya se habían solucionado”.
Sosa ha vuelto a comparecer esta mañana en una rueda de prensa convocada en la sala de Cabildos, acompañado de un numeroso grupo de lorquinos afectados que ha llenado esa dependencia municipal, para volver a recordar que pese los afectados reunían y siguen reuniendo todos los requisitos para recibir las ayudas y se amoldaron oportunamente a todos los procedimientos, y que 13 años después es intolerable que no se cierre de una vez por todas este episodio. Sosa ha pedido al Alcalde de Lorca que mañana, mejor que pasado mañana, le eche gasolina al coche oficial y se vaya a Murcia y a Madrid y no vuelva hasta que no tenga atada una solución definitiva al problema para el 100% de las familias afectadas.
Durante estos más de 13 años, transcurridos desde el 11 de mayo de 2011, siguen siendo decenas las personas damnificadas que han muerto sin poder ver reconstruidas sus viviendas o pagando préstamos, pólizas o rehipotecas ante la injustificable lentitud y descoordinación de dos administraciones (la autonómica y la estatal) que deberían estar más atentas a un colectivo tan amplio de gente sencilla, cuya calidad de vida se ha visto muy mermada por esta ineficiencia política. Y aunque en los últimos meses ha habido familias que ya han recibido las ayudas, lo cierto es que aún hay decenas de ellas que siguen presas de la burocracia, por lo que el concejal de izquierdas cree que no se ha cumplido del todo aquella iniciativa que hace casi un año dirigió en Pleno al Alcalde y en la que le pedía que: “a la mayor celeridad posible el Alcalde de Lorca abandere las gestiones precisas para que el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana transfiera a la Consejería de Fomento de la CARM las cantidades que aún se adeudan a los beneficiarios de ayudas al alquiler y a la reconstrucción, y que esas cantidades sean transferidas asimismo a los damnificados con la misma celeridad”.
En el curso de la rueda de prensa también han intervenido dos portavoces de los vecinos afectados, que han agradecido a Sosa su interés por ellos y han expuesto la casuística diversa de los afectados. Los dos representantes del colectivo que han hablado, Antonio Ibáñez y Balbina Piqueras, no han ahorrado palabras para describir su situación: “indefensión, injusticia, humillación, maltrato, opacidad, ineficacia…”, han sido términos que han sonado en la Sala de Cabildos cuando ambos han abundado en el ingrato recorrido padecido, en las razones argumentadas que siempre les han asistido, expuestas sin fruto durante muchos años y en muchas ocasiones en todos los despachos posibles y, también, en el recuerdo y la memoria a sus familias, algunos de cuyos miembros se quedaron en el camino esperando que las administraciones públicas cumplieran con sus obligaciones y compromisos.