El retroceso en la producción nacional coincide con el aumento de volúmenes en Marruecos, Turquía y Francia, complicando la posición competitiva de España en la UE
La producción de tomate fresco en España ha registrado una importante caída en la última década, reduciéndose un 18,83% entre 2014 y 2023, según datos de FAOSTAT recopilados por Hortoinfo y publicados por FreshPlaza. En contraste, países como Marruecos y Turquía han logrado aumentar considerablemente sus cifras, creciendo un 17,36% y un 12,24% respectivamente. Esta situación está poniendo en jaque la posición de nuestro país en el competitivo mercado europeo de esta hortaliza.
En 2014, se producía 4.888,88 millones de kilos de tomate fresco, pero esa cifra se desplomó a 3.968,46 millones en 2023. Países Bajos también ha visto un descenso, pasando de 900 millones de kilos a 726 millones en el mismo periodo, cayendo un 19,93%.
Sin embargo, los números cuentan otra historia para otros países. Marruecos, por ejemplo, ha incrementado su producción de 1.230,95 millones de kilos en 2014 a 1.444,68 millones en 2023, aprovechando su creciente acceso al mercado europeo. Turquía, por su parte, ha escalado de 11.850 millones de kilos a 13.300 millones en diez años. Incluso Francia, con un crecimiento más modesto, pasó de 608,14 millones de kilos a 656,19 millones.
El descenso en España no es casualidad. Factores como la creciente competencia de países con costes de producción más bajos, el encarecimiento de los insumos agrícolas, y las estrictas normativas medioambientales están afectando gravemente al sector. Además, la falta de agua y los efectos del cambio climático han puesto en apuros a las regiones productoras clave como Andalucía, Extremadura y La Región de Murcia.
Mientras tanto, el país africano ha sabido aprovechar las oportunidades. Sus acuerdos comerciales con la UE les ha permitido ganar terreno en los mercados europeos, con precios más competitivos y una producción constante. Esto ha generado un escenario en el que los productores españoles tienen cada vez más difícil competir.
Los expertos del sector coinciden en que es hora de innovar. “España tiene que apostar por la tecnología, la sostenibilidad y estrategias que permitan recuperar su competitividad. Si no lo hacemos, seguiremos perdiendo terreno frente a países que están avanzando a gran velocidad”, apuntan desde las asociaciones agrícolas.