Esta ordenanza incorpora sanciones leves, graves y muy graves, de 100, 200 y 600 euros respectivamente para todos aquellos conductores que incumplan una normativa que viene a garantizar la seguridad de peatones y conductores y apostar por vehículos de movilidad sostenible.
El alcalde de Lorca en funciones, Diego José Mateos, y el concejal de Seguridad Ciudadana en funciones, José Luis Ruiz Guillén, han anunciado la entrada en vigor de la Ordenanza Municipal de regulación de la circulación de los vehículos de movilidad personal, patines, patinetes y monopatines.
Mateos ha informado de que “ya está en vigor la Ordenanza Municipal de regulación de la circulación de los vehículos de movilidad personal, patines, patinetes y monopatines, una normativa realizada con el objetivo de regular el uso de estos vehículos para garantizar la seguridad de peatones y conductores y apostar por un medio de transporte más sostenible que redunde en un modelo de ciudad con movilidad sostenible donde se prioricen los desplazamientos a pie, en bicicleta, en transporte público y en vehículos eléctricos, menos ruidosos”.
“Esta nueva ordenanza permitirá transitar a los VMP, conocidos como ‘patinetes eléctricos’, por vías urbanas y en el sentido autorizado quedando prohibido circular en dirección prohibida; no podrán circular por calles peatonales o aceras, travesías, vías interurbanas, autopistas, autovías y túneles urbanos del municipio, así como por las calzadas de las vías urbanas de dos o más carriles por sentido de circulación donde no exista carril bici o vía señalizada de uso compartido o mixto; tampoco lo podrán hacer por las aceras y por zonas peatonales; respetando siempre las Normas de Circulación establecidas en la Ordenanza”.
El Primer edil en funciones ha detallado que “se incluyen algunas novedades tales como que la edad mínima permitida para circular con un VMP es de 15 años, la velocidad máxima permitida nunca podrá superar los 25 kilómetros por hora y no se exigirá el seguro mientras que no la normativa nacional no lo considere obligatorio; solo podrá viajar una persona, que deberá ir ataviado con un reflectante en el tronco para facilitar se visionado, y además será obligatorio el uso del casco de protección homologado, debidamente abrochado y provisto de dispositivos luminosos”.
“Esta normativa reconoce dos tipos dos grupos de vehículos de movilidad personal. Por un lado, los conocidos como patinetes eléctricos y, por otro, los considerados como juguetes: patines, monopatines o patinetes. Todo ello con el objetivo de garantizar un uso adecuado de los espacios públicos por toda la ciudadanía, promoviendo, para ello, a través de esta ordenanza una regulación del uso de estos vehículos en nuestra ciudad”.
Mateos Molina ha indicado que “la ordenanza incorpora sanciones de tres tipos: leves, graves y muy graves. Las infracciones que se considerarán leves, sancionadas con 100 euros, serán transportar más personas de las autorizadas en un VMP; no llevar el casco homologado con los dispositivos luminosos; circular sin mantener un metro de distancia mínima respecto de los peatones o conducir descalzo o usando calzado inadecuado”.
“Las infracciones serán graves, sancionadas con 200 euros, si se circula incumpliendo las normas establecidas sobre limitaciones de velocidad, de forma negligente, siendo menor de 15 años, con vehículos sin los requisitos técnicos o circulando por vías o zonas prohibidas. También utilizando auriculares o altavoces, así como smartphones o navegadores que no sean los legalmente establecidos”.
El alcalde de Lorca ha apuntado que “las infracciones muy graves, sancionadas con 600 euros, serán circular excediendo en más de un 50 por ciento la velocidad máxima autorizada, de forma temeraria, con tasas de alcohol superior a las establecidas reglamentariamente o con presencia de drogas o carecer del seguro de responsabilidad civil cuando sea obligatorio”.
Por último, Diego José Mateos ha manifestado que “esta normativa tiene como fin actualizar nuestro municipio a los nuevos sistemas de desplazamiento no considerándolos como una amenaza, si no como una oportunidad para apostar por un medio de transporte más sostenible y dotándonos de una normativa jurídica para garantizar, por encima de todo, que se circule con ellos en condiciones de seguridad y sin afectar a las personas que transitan por las vías”.