La musa de la danza y la poesía se unirá a ‘Talía’, su compañera de bronce creada hace 36 años, cumpliendo el deseo póstumo del escultor valenciano
Lorca, 23 de mayo de 2025 – El Teatro Guerra, el coliseo más antiguo de la Región de Murcia, enriquecerá su entrada con la escultura ‘Terpsicore’, musa de la danza y la poesía, donada por la familia del fallecido artista Rafael Pi Belda. La obra, concebida originalmente para acompañar a ‘Talía’ (musa de la comedia, instalada en 1989), fue entregada hoy al alcalde Fulgencio Gil por la hija del escultor, Graciela Pi Castán, cumpliendo así el deseo expreso del autor y su viuda, Florencia Castán.
Un legado artístico con historia
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1989: Pi Belda crea ‘Talía’ por encargo de los Amigos de la Cultura para celebrar los 10 años de la asociación y la reapertura del teatro tras su rehabilitación. La musa, que representa la comedia y la agricultura, luce una máscara cómica y un cayado de pastor.
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2025: ‘Terpsicore’, esculpida en bronce pero nunca instalada, llega finalmente al Guerra. La obra muestra a una joven con guirnaldas y una lira, símbolos de la poesía lírica y la danza.
Emotivo acto de entrega
Gil destacó el vínculo emocional de la familia Pi Belda con Lorca:
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«Florencia y Rafael querían que sus musas estuvieran juntas en este teatro, para el que fueron creadas», recordó el alcalde, lamentando que la viuda no pudiera asistir por motivos de salud.
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Agradeció a la familia y a los amigos lorquinos que mantuvieron vivo este legado, como el ya fallecido Francisco Méndez y Pedro Felipe Sánchez Granados.
Dos musas, un símbolo cultural
Con la instalación de ‘Terpsicore’, el Teatro Guerra refuerza su patrimonio artístico:
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‘Talía’ (derecha): Recepción y alegoría del teatro cómico.
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‘Terpsicore’ (izquierda): Homenaje a la danza y la poesía, «madre de las sirenas» según la mitología.
Próximos pasos: El Ayuntamiento coordinará la colocación de la escultura en las próximas semanas, flaqueando la escalinata principal del teatro. «Cada visita al Guerra será ahora un tributo a Pi Belda y a su generosidad», concluyó Gil.