Este ecosistema ribereño ha reducido la erosión, filtrado residuos y contribuido a la recarga de acuíferos
Las recientes lluvias en la Región de Murcia han vuelto a poner en valor el papel del bosque de taray en el cauce del río Guadalentín a su paso por Lorca. Este ecosistema autóctono ha demostrado su capacidad para ralentizar la fuerza del agua, reducir la erosión y favorecer la retención de humedad en el suelo, ayudando a recargar acuíferos esenciales para la comarca.
Expertos del CSIC, ingenieros agrónomos y especialistas en gestión hidráulica coinciden en la importancia de mantener la vegetación natural en los cauces para evitar daños mayores aguas abajo. La comparación con otras zonas sin esta cobertura vegetal, donde la erosión y los arrastres han causado mayores destrozos, refuerza la necesidad de conservar estos espacios naturales.
Además de su resistencia ante riadas, el taray juega un papel clave en la protección contra la sequía, la filtración de residuos que podrían obstruir infraestructuras y la mitigación de efectos sísmicos al mantener el nivel freático. Organizaciones medioambientales como la Plataforma por la Calidad del Paisaje han reiterado su petición de conservar y potenciar este ecosistema, considerándolo un patrimonio natural clave para la seguridad y calidad de vida en Lorca.