Un nuevo Protocolo General de Actuación permitirá el desarrollo de soluciones tecnológicas avanzadas en el sector acuícola de la Región de Murcia.
El Centro Tecnológico Naval y del Mar (CTN) y el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA) han firmado esta semana un Protocolo General de Actuación que fortalecerá su colaboración en investigación, formación y asesoramiento en sectores críticos como el pesquero, acuícola y medioambiental. Este acuerdo facilitará la creación de soluciones tecnológicas avanzadas destinadas a mejorar la eficiencia y sostenibilidad de estos sectores en la Región de Murcia.
La firma de este protocolo reafirma la estrecha relación entre ambas instituciones, que ya colaboraban en la Estación de Acuicultura Marina de San Pedro del Pinatar. En este centro, el CTN ha sido fundamental en la gestión y optimización de las instalaciones acuícolas, asegurando condiciones ideales para la producción mediante el control de parámetros ambientales como temperatura, salinidad y calidad del agua, además de contribuir a la reproducción y cuidado de diversas especies marinas.
El acuerdo reciente permitirá avanzar en la implementación de inteligencia artificial y tecnologías digitales, lo que será crucial para optimizar procesos productivos y mitigar el impacto ambiental en el sector acuícola. En línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU, ambas instituciones refuerzan su compromiso con la conservación del medio ambiente y el uso responsable de los recursos naturales.
En la ceremonia de firma, la directora de CTN, Noelia Ortega, subrayó la importancia de la colaboración entre centros tecnológicos y organismos públicos para desarrollar soluciones que integren el crecimiento económico con la protección del medio ambiente. El director de IMIDA, Andrés Martínez Bastida, destacó que el acuerdo refuerza el compromiso de su institución con la sostenibilidad y la digitalización en la acuicultura, centrándose en investigación e innovación.
Este protocolo, con una duración inicial de cuatro años y posibilidad de prórroga, establecerá las bases para una cooperación estratégica que fomente un modelo de producción acuícola sostenible e innovador.