- La talla, una de las más veneradas de Ecuador, fue portada a hombros desde la iglesia de San Mateo donde se celebraba una multitudinaria misa solemne
- La edil de Festejos destacaba la devoción a esta pequeña imagen, réplica de la que se encuentra en El Cisne, y que atrae cada año a cientos de personas hasta la Ciudad
- La Plaza de España era escenario de la danza típica de la ‘vaca loca’ mientras ‘La Churonita’ emprendía su camino de vuelta al templo de la Vicaría Episcopal
Los cohetes lanzados desde primera hora de la tarde hasta lo más alto del cielo de Lorca anunciaban la celebración de la festividad de la Virgen del Cisne. Durante toda la jornada de este martes la Ciudad se llenaba de devotos que acudían desde distintos enclaves del municipio, pero también de poblaciones cercanas como Puerto Lumbreras, Mazarrón, Águilas, Totana, Aledo, Vélez Rubio y Vélez Blanco para participar de la procesión de la imagen, una de las más veneradas de Ecuador.
Mucho antes de que se iniciara la celebración eucarística en la iglesia de San Mateo, donde se custodia la pequeña talla, los aledaños del templo se mostraban repletos de fieles. Tal fue la afluencia de público que se tomaba la decisión de instalar altavoces en el atrio para posibilitar que los que no habían logrado adentrarse para participar de la misa solemne pudieran hacerlo desde el exterior. El corte del tráfico en las calles Lope Gisbert y Presbítero Emilio García posibilitaba que cientos de fieles tomaran parte de la celebración, ya que el templo aparecía abarrotado de público.
Y entre los asistentes estaban la cónsul de Ecuador, Aisha Andrea Moncayo, a la que acompañaban el cónsul honorario de Ecuador en Lorca, Juan Bastida; y las ediles de Sanidad, Belén Díaz, y la de Festejos y Tradiciones, María de las Huertas García. Esta última recordaba que la Ciudad se convierte cada 15 de agosto en lugar de peregrinación para cientos de feligreses que acuden a venerar a la Virgen del Cisne. “La tradición está muy arraigada desde que llegara a este templo de San Mateo a finales de los 90. Fue precisamente el obispo de la Diócesis de Cartagena, monseñor José Manuel Lorca Planes, quien, siendo vicario episcopal de Lorca, propuso al colectivo de ciudadanos ecuatorianos residentes en Lorca la posibilidad de traer hasta aquí una réplica de la imagen de la Virgen del Cisne. Desde entonces, son muchos los que acuden, cada día, para rezarle y participan de esta fiesta que se ha convertido en una tradición. Hoy había que estar aquí, en el día grande para la Virgen del Cisne, cuya devoción saltaba desde El Cisne y se expandía alrededor de todo Ecuador y que incluso está presente en ciudades como Nueva York”.
Al grito “Y que viva la Virgen del Cisne” la imagen era sacada a hombros en procesión desde la iglesia de San Mateo. Se iniciaba así un periplo que la llevaba por la calle Lope Gisbert, Príncipe Alfonso, Cuesta de San Francisco, Plaza de la Concordia, Alfonso X el Sabio, Fernando el Santo y Selgas, para llegar a la Plaza de España. A mitad del recorrido se daban cita cientos de personas que participaban de la danza típica con la ‘vaca loca’, mientras se retomaba la procesión de regreso por la calle Álamo y Lope Gisbert.
La imagen regresaba a su templo al filo de la madrugada, mientras en el cielo se podía vislumbrar un castillo de fuegos artificiales. El cónsul honorario de Ecuador en Lorca recordaba que se trata de una advocación mariana de la iglesia católica, “cuya imagen tiene su principal centro de culto en la Basílica de El Cisne, en la parroquia El Cisne, en la provincia de Loja, en Ecuador”. Y detallaba que esta imagen tiene más de cinco millones de fieles por todo el país, mientras se alegraba de que la celebración retome su auge después de recuperarse el pasado año tras la suspensión durante el tiempo de pandemia.