La disminución afecta especialmente al embalse de Buendía, que ha perdido 7,72 hectómetros cúbicos en la última semana
Los embalses de la cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía, han registrado una notable disminución en su capacidad durante la última semana, perdiendo un total de 8,94 hectómetros cúbicos. Actualmente, ambos embalses almacenan un total de 1.033,08 hectómetros cúbicos, lo que equivale al 41,02% de su capacidad total, que asciende a 2.518 hectómetros cúbicos, según datos de la Confederación Hidrográfica del Tajo.
En detalle, el embalse de Entrepeñas ha reducido su capacidad en 1,22 hectómetros cúbicos y almacena actualmente 501,03 hectómetros cúbicos de los 813 que puede embalsar. Por su parte, el embalse de Buendía ha sufrido una pérdida más significativa de 7,72 hectómetros cúbicos, almacenando ahora 532,05 hectómetros cúbicos de su capacidad total de 1.705.
Además de Entrepeñas y Buendía, otros embalses también han experimentado cambios en sus niveles. Alcorlo ha disminuido en 0,73 hectómetros cúbicos, situándose en 117,19 hectómetros cúbicos de un máximo de 180. De igual forma, Beleña ha descendido en 1,06 hectómetros cúbicos, quedándose con 34,44 hectómetros cúbicos de su capacidad total de 53.
No obstante, algunos embalses han registrado aumentos en sus reservas. El embalse de Almoguera ha ganado 0,10 hectómetros cúbicos y acumula ahora 6,08 hectómetros cúbicos de su capacidad total de 7. El Atance ha incrementado su volumen en 0,09 hectómetros cúbicos, alcanzando los 20,51 hectómetros cúbicos de un máximo de 35. Por su parte, Bolarque ha sumado 1,37 hectómetros cúbicos, alcanzando los 25,17 hectómetros cúbicos de un máximo de 31.
Finalmente, otros embalses como Pálmaces, La Tajera, y El Vado también han visto un ligero aumento en sus niveles, mientras que el embalse de Molino de Chincha, en la provincia de Cuenca, ha registrado una pérdida de 0,31 hectómetros cúbicos, almacenando actualmente 5,64 hectómetros cúbicos de su capacidad máxima de 6.
La situación de los embalses de Entrepeñas y Buendía tiene un impacto directo en el Trasvase Tajo-Segura, una infraestructura clave para el suministro de agua en el sureste de España, especialmente en la Región de Murcia, Alicante y Almería. Con los niveles actuales de reserva, se dificulta la transferencia de agua hacia el Segura, lo que podría afectar tanto a la agricultura como al abastecimiento urbano en estas zonas. La disminución continua en las reservas de la cabecera del Tajo puede llevar a restricciones en los volúmenes de agua trasvasados, exacerbando las tensiones entre regiones que dependen de este recurso para sus necesidades hídricas.