Los vecinos de Tomás Aquino Arderius Sánchez Fortún y Las Casicas presentarán reclamaciones patrimoniales al Ayuntamiento de Lorca, promotor de las obras, ante la inacción de este para exigir a las aseguradoras de la UTE adjudicataria que asuma los perjuicios ocasionados
Una treintena de familias de las calles Tomás Aquino Arderius Sánchez Fortún y Las Casicas, exigen que se atiendan sus reclamaciones por las numerosas grietas y desperfectos que la construcción del tramo 3 de la ronda central de Lorca ha causado en sus viviendas.
Hace un año, los vecinos de estas calles denunciaron la aparición de grandes grietas en sus inmuebles, que también se vieron afectados en algunos casos por roturas de las tuberías del agua y descolgamientos de puertas y ventanas.
A diferencia de lo que sucede en otras obras públicas de gran envergadura, la promotora, en este caso el Ayuntamiento, no realizó un estudio del estado de las viviendas previo al inicio de los trabajos, que se ejecutaron a escasos centímetros de los inmuebles, con excavadoras y máquinas perforadoras generando vibraciones que hicieron temblar los edificios durante semanas.
El caso más grave es el de un matrimonio de octogenenarios que tuvo que ser desalojado y su casa precintada, sin que el Ayuntamiento de Lorca se hiciera cargo de su realojo en otra vivienda. Esto obligó a la pareja a trasladarse a otra provincia para vivir en casa de una de sus hijas, donde la mujer permanece tras el fallecimiento de su esposo el pasado mes de febrero.
Esta familia tampoco ha recibido el asesoramiento prometido para reclamar patrimonialmente por los daños en la vivienda, a pesar de lo que aseguró el actual alcalde, Fulgencio Gil (PP). “Nadie nos ha llamado ni se ha interesado por la situación de mis padres. Ni siquiera nos han advertido de que los hechos prescriben en el plazo de un año”, comenta Ana Belén Serrano, hija de este matrimonio. Por ese motivo, los vecinos han decidido interponer reclamaciones patrimoniales ante el Ayuntamiento, “para evitar que unos y otros se pasen la pelota y, al final, los afectados nos quedemos vendidos”.
A pesar de la movilización vecinal, los afectados tampoco consiguieron que ni el anterior equipo de Gobierno municipal ni el actual expidieran ninguna certificación que acreditase que las viviendas han resultado dañadas por las obras de la Ronda Central, y que esté en posesión de los vecinos como garantía.
La solución que se dio entonces a los afectados fue iniciar un peregrinaje a la oficina de la Unión Temporal de Empresas (UTE) que se hizo con las obras, para ir comunicando los desperfectos. “He perdido la cuenta de las veces que técnicos y peritos han venido a mi casa a tomar nota, pero soluciones ninguna”, explica otra de las vecinas.
Los afectados también manifiestan su malestar porque la inauguración oficial de los nuevos tramos de la ronda, que se produjo el pasado 8 de noviembre, se realizase “lo más alejado posible de nuestras casas, junto al convento de las Clarisas, para impedir manifestar nuestro descontento”, apuntan.
También expresan sus quejas por la reunión celebrada en el Centro de Desarrollo Local a la que los afectados fueron convocados hace tres meses y a la que, a pesar de la envergadura del problema, no asistió el alcalde. “Nos convocaron por la mañana, en vez de adaptarse al horario laboral de los vecinos, por lo que muchos no pudieron asistir”, cuentan. “Allí, la concejala de Obras, Rosa Medina, y el de Infraestructuras, Ángel Meca, se comprometieron a que en pocos días técnicos del ayuntamiento pasarían por nuestras casas para revisarlas, pero aquí no ha venido nadie”, aseguran.
La sensación que comparten los vecinos es que se les está “mareando” hasta el punto de “colmar nuestra paciencia”, y lamentan que no se esté teniendo en cuenta que muchos de los afectados son personas muy mayores “que no están para que se juegue con ellos”.
Por ello, los afectados piden que el Ayuntamiento, como promotor de la obra, exija a la UTE adjudicataria su reparación inmediata a cargo del seguro de responsabilidad civil que debe haber contratado.
También solicitan una reunión urgente con el alcalde para que informe sobre la situación y, especialmente, sobre el calendario de reparaciones, del que exigen “que no se demore más”.