La apertura de este establecimiento se une a la de otros situados en el casco urbano de la ciudad, como los de la calle Presbítero Emilio García, frente a Las Columnas, donde se ubica un punto de lavado de mascotas; y el de la Plaza de San Vicente, con un novedoso establecimiento ‘take-away’.
El concejal de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Lorca, José Ángel Ponce, ha informado de la apertura del quiosco ubicado en la glorieta de San José, frente a la iglesia de este barrio, con una nueva actividad económica.
El concejal de Participación Ciudadana ha destacado que “la apertura de este local supone la puesta en marcha de un nuevo proyecto para seguir contribuyendo al emprendimiento local y a la generación de un nuevo espacio de uso y disfrute”.
José Ángel Ponce ha detallado que “éste en concreto se dedicará a la venta de productos dulces como churros, crepes y gofres, para desayunos y meriendas, haciendo las delicias de todos los vecinos de esta zona y de otras que vendrán atraídos por el buen sabor de boca que les dejarán estos productos”.
Ponce Díaz ha explicado que “la apertura de este quiosco se une a la de otros como los situados en el casco urbano de la ciudad, como los de la calle Presbítero Emilio García, frente a Las Columnas, donde se ubica un punto de lavado de mascotas; y el de la Plaza de San Vicente, un Poke Bowl, un novedoso establecimiento “take-away”.
El edil ha recordado que “próximamente también abrirá sus puertas el quiosco situado en La Alberca, en concreto en la Plaza de Don Juan Moreno, junto al Museo Arqueológico, para un establecimiento para el uso como espacio de restauración y cafetería, y quedaría pendiente de adjudicación el de la calle Nogalte, esquina con Avenida Portugal”.
Ha apuntado que “de esta forma, va culminando el proceso iniciado desde las concejalías de Participación Ciudadana y Patrimonio, y al que se han presentado una decena de proyectos para la explotación de los distintos quioscos en desuso”.
El objetivo de esta iniciativa ha sido el de poder darle utilidad a estas pequeñas instalaciones, ahora en desuso, con la posibilidad de desarrollar nuevas actividades económicas, con el fomento del empleo que eso conlleva, y dotar de ambiente y dinamismo las zonas en las que se encuentran ya instalados».
La concesión se hace por un periodo de 20 años prorrogables y lo que se persigue es objetivo de fomentar el emprendimiento y la reactivación social y económica; revitalizar nuestra ciudad y poner en valor de nuevo estas instalaciones, en las que poder poner en marcha nuevas iniciativas empresariales.
Para la adjudicación de estas instalaciones se ha tenido en cuenta la propuesta social que incluirá debidamente justificados criterios como el ser demandante de empleo; tener una discapacidad igual o superior al 33%; situación familiar que incluye personas ascendientes y descendientes que componga la unidad familiar, ingresos de la unidad familiar, entre otros.