Comienza la segunda quincena de julio y, por tanto, el periodo canicular en España. El periodo estadísticamente más caluroso del año tendrá un comienzo fresco e incierto el noroeste pero muy cálido en otras regiones.
Durante este fin de semana lo más llamativo será la irrupción de una masa de aire de procedencia atlántica que suavizará las temperaturas en buena parte de la península ibérica. Esta masa de aire será impulsada por una profunda borrasca situada en el entorno de las Islas Británicas y durante el domingo y días posteriores se irá alejando hacia el norte, permitiendo que la dorsal subtropical africana comience a ganar terreno de nuevo.
Esta dorsal se mantendrá estable sobre la península durante la primera mitad de la próxima semana y facilitará que las temperaturas alcancen de nuevo valores poco habituales en todo el este y sureste peninsular. El calor alcanzará también buena parte del interior, quedando tan solo el extremo noroeste con temperaturas cálidas pero propias de esta época del año. Sin embargo, es probable que esta situación vuelva a cambiar a medida que avance la semana.
La proximidad de una vaguada al norte peninsular podría desencadenar otro descenso térmico más adelante que afectará a la mitad norte, donde las temperaturas se recuperarán hasta alcanzar valores normales. En cualquier caso no parece que el descenso vaya a notarse significativamente en puntos del sur y este, donde los termómetros seguirán registrando cifras superiores a la media del mes de julio.
Además, y pese a tratarse de una dorsal aparentemente estable, no es fácil de predecir su evolución debido a la presencia de vaguadas atlánticas próximas y de la presencia de la tormenta subtropical Don, que podrían inducir cambios en la circulación.
¿Una nueva ola de calor?
Todavía habrá que esperar para dar por hecho que cumplirá los requisitos de una ola de calor, pero el episodio de altas temperaturas que tendrá lugar durante la primera mitad de la próxima semana será sin duda muy intenso y con potencial de dejar, una vez más, registros extraordinarios en buena parte de la mitad este peninsular.
Las máximas podrían superar los 42 ºC en amplias zonas de la mitad sur y el Valle del Ebro, no siendo descartable que alcancen o se aproximen a 45 ºC de forma local. También podrían registrarse valores por encima de los 36ºC en la meseta norte. Sólo el Cantábrico y Galicia registrarán temperaturas máximas propias de esta época del año, con valores que sólo rondarán los 30 ºC en valles del interior.
Una canícula incierta: vaguadas al oeste y calor extremo hacia este
Aunque no es descartable una normalización de las temperaturas durante la segunda mitad de la próxima semana, lo cierto es que la incertidumbre es muy elevada debido a la presencia de una vaguada en el Atlántico y a la mencionada tormenta subtropical, cuya evolución podría alterar la dinámica de los chorros polar y subtropical en nuestro entorno. Cabe esperar, por tanto, que las temperaturas se aproximen más a las normales de esta época en el noroeste pero, sin embargo, sean muy cálidas en el este peninsular.
Se llama así al período del año en el que estadísticamente las temperaturas son más altas, fijándose en España entre el 15 de julio y el 15 de agosto.
Según nuestro modelo de referencia, en los últimos días de este mes las temperaturas continuarán por encima de la media a orillas del Mediterráneo y en Canarias, permaneciendo cerca de esta en el interior peninsular y por debajo en la cuenca atlántica. Las precipitaciones se prevén superiores a lo normal en el Golfo de Valencia y alrededores, también en Galicia y en las zonas más septentrionales del archipiélago canario.
Todo apunta a que la primera mitad de agosto irá por esos mismos derroteros, con temperaturas por encima del promedio junto al Mediterráneo, resto de la mitad sur peninsular y en el archipiélago canario. En las lluvias parece que no habrá estridencias, salvo en zonas puntuales del litoral Mediterráneo donde sí podrían aparecer quizá en mayor cuantía de lo normal.