Esta herramienta es el único modo de protección ante catástrofes climatológicas
La Federación de Cooperativas Agrarias (Fecoam) recuerda a ganaderos y agricultores la importancia de contar con un seguro, ya que es «la única herramienta de gestión de riesgos” a disposición del sector agropecuario, el cual permite hacer frente a las pérdidas económicas tras un siniestro de origen climático como el pedrisco o las heladas, señalan.
“Contar con un seguro agrario es una garantía para proteger la renta agraria, ya que, en caso de desastre climatológico, “no tener asegurada la explotación agrícola o ganadera, puede suponer la pérdida del trabajo de todo el año”, subrayan en un comunicado.
En este sentido, siniestros como el acontecido el pasado sábado 13 de mayo en distintas localidades de Lorca, están cubiertos por el sistema de seguros agrarios. La Federación señala, «hoy por hoy son asegurables prácticamente todos los cultivos dentro de nuestro territorio y, lo más importante, hay un respaldo por parte de las administraciones a la contratación, gracias a las subvenciones que se otorgan para su contratación”.
Por ello, animan a agricultores y ganaderos a contratar un seguro que les proporcione “tranquilidad y proteja sus cosechas y cabañas”. Podrán recibir asesoramiento tanto en su cooperativa o bien a través del departamento de seguros de Fecoam.
El 44º Plan de Seguros Agrarios Combinados, aprobado hace unas semanas por el Consejo de Ministros con el Convenio entre la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA) y Agroseguro, cuenta con un presupuesto de 317,7 millones de euros destinados a subvencionar la contratación de pólizas en el año 2023, lo que supone un incremento del 23 % con respecto a lo previsto en el convenio anterior. Así mismo, el gobierno regional suplementa las ayudas de ENESA aportando 4,4 millones de euros.
Aún así, desde Fecoam consideran necesario que se sigan aumentando las ayudas públicas para la contratación de pólizas y que se tengan en cuenta los niveles de implantación de las distintas líneas, los capitales asegurados y las coberturas ofertadas al sector.
“Los seguros agrarios tienen que responder a las necesidades reales de las explotaciones, así como a los cambios y situaciones climatológicas que vivimos”, subrayan.