El programa piloto ‘T-sigo’ diseña un itinerario formativo personalizado para que menores de 24 años que dejaron los estudios tempranamente encuentren empleo
El Gobierno regional lanza el programa ‘T-sigo’ para reactivar a jóvenes menores de 24 años que abandonaron los estudios tempranamente y acompañarlos en un itinerario formativo adaptado a su perfil, que mejore su cualificación y los dirija al empleo. Este programa piloto, incluido en el Plan Impulsamos la Educación del Gobierno regional, tiene como objetivo mejorar la tasa de desempleo juvenil y reducir la tasa de abandono educativo temprano, y cuenta con una inversión de 600.000 euros.
El consejero de Educación, Víctor Marín, presentó este lunes la iniciativa y comentó que “la unión de las competencias entre educación y empleo hace posible este programa en el que buscamos detectar el abandono escolar en el momento en el que se produce y así poder reincorporar a esos jóvenes al sistema educativo para que adquieran competencias y herramientas que les permita su inserción en el mercado de trabajo, ya que a más formación, más oportunidades laborales”.
El programa podría llegar al menos a 900 jóvenes y reducir la tasa de paro en la franja de edad de hasta 24 años en un 10 por ciento.
Marín insistió en que “el Gobierno regional tiene claro que la formación es garantía de oportunidades laborales y futuro profesional y personal, por eso la intención de esta campaña es que los jóvenes retomen y prolonguen su etapa educativa”.
El nombre de la campaña, ‘T-sigo’, es el acrónimo de trabajo, superación, ilusión, ganas y oportunidades. Está dividida en cuatro fases, la primera de ellas se desarrollará hasta el mes de julio y consistirá en el desarrollo de un sistema informático capaz de identificar los grupos de potenciales beneficiarios del proyecto. Para ello, Educación y el Servicio Regional de Empleo y Formación (SEF) compartirán y analizarán sus bases de datos lo que permitirá llegar hasta los potenciales jóvenes participantes.
El sistema identificará a aquellos que han cursado enseñanzas de Formación Profesional Básica y de Grados Medio y Superior sin haberlas finalizado, y que tengan menos de 24 años. Asimismo, creará grupos en función de sus perfiles de cualificación y empleabilidad.
La segunda fase, que se desarrollará de julio a septiembre, permitirá contactar con los jóvenes. Un equipo formado por nueve orientadores laborales diseñará un itinerario de formación personalizado para cada uno de los participantes, adaptado a su realidad y necesidades, para reorientarlos hacia la consecución de titulaciones o para que pueda ser reconocida su formación como certificados de profesionalidad.
El programa también incluye actividades tanto grupales como individuales, así como la participación en iniciativas externas que puedan mejorar la conexión de la persona joven con la realidad del mercado de trabajo.
La tercera fase será de seguimiento y la llevarán a cabo los centros educativos y el SEF, y la cuarta, que se realizará en 2024, permitirá destinar 300.000 euros en becas e incentivos laborales para que estos jóvenes puedan desarrollar prácticas profesionales en empresas y se puedan beneficiar de contratos de formación.
Más formación, más empleo
El último informe de la Oficina Europea de Estadística Eurostat resalta que el nivel de estudios alcanzado es determinante en la situación de la población en el mercado de trabajo: a mayor nivel de estudios la situación dentro del mercado de trabajo es más favorable y viceversa. Esta característica es más marcada entre los jóvenes que entre los adultos, de forma que el nivel de formación adquiere una mayor relevancia para los jóvenes.
En este sentido, los jóvenes con niveles de cualificación más altos presentan una tasa de empleo relativamente más alta y una tasa de paro más baja, mientras que los jóvenes con apenas cualificación presentan una tasa de empleo más reducida y una tasa de paro significativamente más alta, siendo más vulnerables ante situaciones adversas como desempleo de larga duración.