Microorganismos y bacterias actúan sobre los contaminantes
La solución del Mar Menor pasa por el uso de microorganimos que pueden absorber las salmueras, acabar con los nitratos de las aguas y generar con ello bioplásticos de manera natural, según lo confirma el Proyecto TECNIT del Centro Tecnológico del Plástico (Cetec).
Con el respaldo y financiación de la UE, la investigación realizada por expertos de la Región de Murcia ha logrado que microorganismos halófilos productores de polihidroxialcanoatos (PHAs) generen el material de los bioplástico en apenas 96 horas que tiene el ciclo de vida. La conversión es rápida y lo que se precisa en este momento es la implementación a gran escala industrial.
Proceso económico viable La producción de bioplásticos generados por bacterias que absorben las salmueras y los nitratos del agua contaminada aportan una solución tecnológica viable en términos económicos, sostenible desde la perspectiva medioambiental, y responsable socialmente al lograr la desnitrificación de las aguas del Mar Menor y de cualquier territorio.
Según Fuensanta Monzó, responsable de proyectos Europeos de I+D del CETEC, “en los ensayos que hemos hecho, las concentraciones de nitratos de las que se partía eran de más de 500 miligramos por litro, y en menos de 96 horas se reduce a 10 miligramos. De la absorción de los microorganismos se genera el biomaterial para el plástico”.
El Cetec está produciendo los bioplásticos a nivel de laboratorio, y funciona muy bien. Habría que escalarlo a grandes balsas o reactores. La descontaminación del agua genera la nueva materia prima de los bioplásticos.
Estos microorganismos utilizan los residuos de la actividad agrícola y también de la actividad alimentaria que tienen alto contenido en glucosa.
Uso médico del bioplásticoEs un ejemplo claro de economía circular. Se recogen los residuos de diferentes actividades y se genera un recurso nuevo reutilizable. El plástico producido tiene múltiples aplicaciones, como cualquier otro, y con características añadidas porque se puede usar en agricultura, con componentes nutritivos, e incluso en medicina, entre otras opciones.
Alejandro Arribas, responsable técnico del proyecto TECNIT, destaca que «utilizamos aplicaciones biotecnológicas, a través de microorganismos, que pueden crecer en concentraciones muy altas de sal, y que utilizan los nitratos de los residuos acuosos usados en la agricultura para nutrirse”.
Es como si tuviésemos microfábricas que se centran en eliminar la contaminación y el producto derivado es el bioplástico.
Son bacterias arqueas del gran grupo unicelular,. Son muy antiguas en el planeta. Son capaces de crecer donde otros organismos no lo hacen, como en disoluciones de agua con grandes concentración de sal.