Este jueves, decenas de lorquinos se concentraron en frente del Ayuntamiento para rendir homenaje a Miguel Ángel Blanco, víctima 778 de ETA, y reafirmar que su legado de resistencia al terrorismo permanece vivo. A mediodía guardaron un emotivo silencio que rememora los días en los que la banda terrorista jugaba con España mediante el secuestro y asesinato de un joven concejal en 1997.
El alcalde, Fulgencio Gil Jódar, recordó la crueldad con que ETA mató a Blanco: «Lo secuestraron, lo metieron en el maletero de un coche y lo llevaron al bosque de Lasarte, donde le dieron dos tiros en la cabeza. No murió en el acto, ETA quiso prolongar su agonía para acabar con su vida 12 horas después».
Gil Jódar denunció que la ideología que inspiró a ETA aún persiste en EH Bildu, que integra a terroristas en sus listas, no condena la violencia y defiende los objetivos políticos del terrorismo. Criticó también que el Gobierno de España, bajo el presidente Pedro Sánchez, dependa de quienes mantienen esa ideología y sean herederos de quienes asesinaron a Blanco. «Es indecente que un presidente se siente con los cómplices de ETA», expresó el alcalde.
Recordó que el asesinato de Miguel Ángel Blanco fue una respuesta a la liberación de José Antonio Ortega Lara y que, 28 años después, esa historia y su espíritu siguen presentes para evitar que se olvide o se normalice la amenaza terrorista.
Gil Jódar concluyó reafirmando que «nunca nos resignaremos a que la estabilidad política de España esté en manos de los cómplices de ETA. El espíritu de Ermua y Miguel Ángel Blanco es patrimonio de todos los españoles, que lucharon por defender la libertad y la democracia».
Lorca mantiene vivo ese legado con actos en cada aniversario, donde participa la familia Blanco, especialmente su hermana María del Mar, para recordar siempre el sacrificio y la lucha contra el terrorismo.