El Consistorio lorquino, pese a contar actualmente con un superávit de 3,2 millones de euros, ha aprobado un plan financiero debido a la devolución de la Regla de Gasto, la falta de aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y la no actualización de las entregas a cuenta, que obligan a manejar previsiones basadas en gastos estimados y en inversiones sostenibles para el beneficio de los vecinos.
El alcalde, Fulgencio Gil, explicó que “este plan no refleja un gasto excesivo del Ayuntamiento, como ocurrió en el mandato anterior, sino la respuesta a la petición de reconocimiento extrajudicial de crédito que tuvimos que realizar el año pasado para pagar facturas pendientes del anterior equipo de Gobierno”.
El primer edil destacó que “las medidas adoptadas son rigurosas, transparentes y responsables, sin afectar el bolsillo de los ciudadanos. Frente al despilfarro de épocas pasadas, este equipo actúa con seriedad, gestionando con responsabilidad y gobernando con hechos”.
Durante una comparecencia en el Pleno Extraordinario, Gil lamentó que “los impuestos bajan, pero el Estado penaliza a las administraciones locales. Aunque tenemos superávit, aún debemos presentar este plan, lo que resulta un contrasentido para los ayuntamientos que estamos más cerca de los vecinos”. La sesión contó con votos favorables del Partido Popular y VOX, y en contra del PSOE e IU-P-AV.
El alcalde expresó su pesar porque “los lorquinos tengan que destinar parte de ese superávit a amortizar deuda anticipadamente en lugar de usarlo para atender las necesidades del municipio y las demandas de los ciudadanos, en un momento en que no hay riesgo financiero”.
Señaló que “el presupuesto presentado cumple con las reglas fiscales y que los datos de la liquidación son muy positivos, habiendo corregido todas las magnitudes que estaban en negativo”. Además, agradeció el esfuerzo de los servicios de Tesorería y Gestión Tributaria, que, pese a ello, siguen sin ver actualizadas sus retribuciones.
También aclaró que “se incumplió la Regla de Gasto en 3.446.000 euros y que las facturas pendientes, que ascienden a 3,2 millones de euros, corresponden en su mayoría a deudas acumuladas por el anterior Gobierno del PSOE, que en solo cuatro años se gastó más de 22 millones fuera del presupuesto y sin que la Regla de Gasto estuviera vigente desde 2020”.
El alcalde de Lorca destaca que la situación económica municipal es de solvencia y estabilidad, pese a la falta de los Presupuestos Generales del Estado
El alcalde, Fulgencio Gil, afirmó que pese a la inestabilidad política en Madrid y la imposibilidad de aprobar los Presupuestos Generales del Estado, el Ayuntamiento de Lorca mantiene una situación económica sólida, con liquidez y sin problemas financieros. Sin embargo, alertó que la prórroga de los presupuestos de 2023, 2024 y 2025, una situación inédita, pone en riesgo la liquidez de las entidades locales.
Gil explicó que “la suspensión de las reglas fiscales ha permitido a otros ayuntamientos impulsar inversiones,” mientras en Lorca se gastaron 22 millones fuera del presupuesto durante el último mandato. Ahora, el consistorio actúa con responsabilidad y seriedad, gestionando con hechos y transparencia.
“El principal problema actual es la falta de estos presupuestos, que afecta directamente a las arcas municipales”, dijo. Además, señaló que la no aprobación de los presupuestos del Estado está provocando que Lorca deje de ingresar aproximadamente 270.000 euros mensuales, es decir, más de 1,6 millones en lo que va de año y más de 3 millones si continúa la situación en 2025.
El primer edil recordó que el esfuerzo de la gestión local en la contención del déficit y la deuda pública no está siendo reconocido, y abogó por fortalecer el municipalismo en materia de financiación local. También recordó que en julio de 2024, el Ministerio de Hacienda se comprometió a aumentar en un 13,1% las entregas a cuenta a los ayuntamientos por impuestos como IRPF, IVA y Sociedades, pero todavía están a la espera de esa actualización.
El plan económico financiero aprobado por el Ayuntamiento incluye medidas de contención y rigor, sin afectar a los vecinos. Entre ellas, destacan el pacto de no utilizar el remanente positivo de tesorería para gastos generales, la congelación de aportaciones a las entidades dependientes para 2026, la imposición de límites en la solicitud de subvenciones que impliquen fondos propios municipales, y la no reducción ni exenciones en tributos durante la vigencia del plan. Además, se reducirá en 200.000 euros la aportación a Limusa en los próximos dos años, sin poner en riesgo la calidad del servicio.
Gil concluyó que “el Ayuntamiento mantiene su estabilidad económica, y muestra de ello es que seguimos gestionando con responsabilidad en un entorno de incertidumbre y dificultades económicas generadas desde el ámbito nacional.”