Las movilizaciones buscan visibilizar el rechazo social a la tauromaquia y abrir un debate sobre el significado ético de arte y cultura en pleno siglo XXI.El colectivo antitaurino de Lorca ha anunciado la convocatoria de dos acciones de concienciación y protesta coincidiendo con la tercera corrida de toros que tendrá lugar en la ciudad desde la reinauguración del coso de Sutullena, en abril de 2024. Estas movilizaciones tienen como objetivo expresar un firme rechazo a la continuidad de los espectáculos taurinos y, en un sentido más amplio, a cualquier forma de maltrato animal.
Desde el colectivo subrayan que, aunque una parte de la población sigue considerando la tauromaquia como una manifestación artística y cultural digna de protección institucional, existe también un sector creciente de la ciudadanía que cuestiona profundamente esa visión. “Creemos necesario redefinir qué entendemos por arte y cultura, pues jamás deberían incluir prácticas basadas en el sufrimiento de seres sintientes como los animales”, afirman en su comunicado.
Para dar visibilidad a estas demandas, el colectivo llevará a cabo dos acciones concretas durante la semana:
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Miércoles 16 de abril, de 19:00 a 21:00 horas, se celebrará una jornada de concienciación en la Alameda de la Constitución (Las Columnas). El objetivo de esta actividad es informar y sensibilizar a la población sobre las razones éticas, medioambientales y sociales que motivan el rechazo a las corridas de toros, y generar un espacio de diálogo abierto sobre alternativas culturales que respeten la vida animal.
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Sábado 19 de abril, día en que se celebrará la primera corrida de la temporada, tendrá lugar una concentración pacífica junto a la puerta de acceso a la Plaza de Toros de Sutullena, entre las 16:30 y las 18:30 horas. Con esta acción, el colectivo busca dejar patente su desacuerdo con la celebración de estos eventos en espacios públicos y su financiación desde instituciones locales.
Con estas iniciativas, el movimiento antitaurino lorquino pretende no solo manifestarse contra un espectáculo que consideran cruel y anacrónico, sino también promover un cambio cultural que ponga en el centro valores como la empatía, el respeto a la vida y el rechazo a la violencia, incluso cuando esta se disfraza de tradición.