La talla, de Isabel Biscarri Cuyás, preside la Capilla Mayor de El Calvario que abandona cada Miércoles Santo para ser llevada en un Vía Crucis Penitencial nocturno hasta El Carmen
La imagen mostraba fracturas y grandes grietas estructurales por movimientos de la madera, comprometiendo la integridad de la obra
Fulgencio Gil Jódar, alcalde: “El Cristo de la Misericordia precisaba de una intervención urgente que ha logrado impedir un avance de las alteraciones que presentaba”
El Santísimo Cristo de la Misericordia de la Cofradía del Cristo del Perdón, Paso Morado, ha sido sometido a una intervención en el Taller de Restauración Municipal de la Concejalía de Empleo. De la restauración de la imagen ha dado cuenta el alcalde, Fulgencio Gil Jódar, quien ha señalado que “el Cristo de la Misericordia precisaba de una intervención urgente que ha logrado impedir un avance de las alteraciones que presentaba”.
La talla, de la que es autora la escultora Isabel Biscarri Cuyás, está datada en 1944. “Es de madera de pino rojo, óleos y aparejos de colas orgánicas. La técnica que se utilizó para su realización es talla de madera aparejada y policromada, con unas medidas de 180 centímetros de alto por 175 de ancho”, ha detallado el alcalde.
El Cristo de la Misericordia es una de las imágenes titulares de la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón. “Preside la Capilla Mayor de El Calvario que abandona cada Miércoles Santo para ser llevada en un Vía Crucis Penitencial nocturno hasta la iglesia de Nuestra Señora del Carmen”, ha añadido.
Sobre el estado de conservación inicial de la imagen, el alcalde ha explicado que “los técnicos que la han tratado han aportado que mostraba pérdidas de volúmenes por fracturas o abrasión en manos y zonas expuestas. Repintes generalizados e inapropiados con pinturas acrílicas aplicadas con aerógrafo y suciedad generalizada. Además de fracturas y grandes grietas estructurales por movimientos de la madera y desencolados, comprometiendo la integridad de la obra. Y desprendimientos de aparejos en amplias zonas del sustrato. Pérdidas de grandes lagunas de policromías originales y de estucos, con barnices oxidados”.
La intervención ha consistido, según ha argumentado, en documentar histórica, cultural y simbólica la obra. “Estudio de las patologías, mediante catas, técnicas fotográficas y análisis organoléptico. El test de limpieza aportó que se había intervenido con anterioridad con repinte general de todas las superficies de la imagen con aerógrafo y pintura acrílica. Este procedimiento enmascaraba la policromía original de las encarnaciones, los moratones y los regueros de sangre originales, por lo que se ha levantado la gruesa capa, conservando la policromía original”.
Y ha añadido que “se ha llevado a cabo el cosido de fendas profundas estructurales abiertas de encoladuras, fijación de elementos desprendidos y abolsados, reintegración de aparejos con colas orgánicas y reintegración cromática con óleos y tratamiento final con barniz mate de protección”.
Por último, Gil Jódar ha querido significar el trabajo del Taller de Restauración Municipal. “Constantemente están restaurando, conservando y poniendo en valor el patrimonio de Lorca, pero especialmente de las cofradías de Semana Santa, como es el caso que este jueves nos ocupa. Su labor es excepcional para impedir, muchas veces, un avance del deterioro o las anomalías que pueden sufrir las piezas. Y, siempre, aplicando procesos reversibles, para que puedan restablecerse exactamente a los mismos estados iniciales para en un futuro aplicar nuevas técnicas”.