Ha vuelto a cumplir con los parámetros de calidad y requisitos pertinentes para seguir izando la enseña que reconoce la seguridad, salubridad, servicios y respeto medioambiental
El municipio recibió por primera vez la Bandera Azul otorgada por la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor en junio de 2017
Santiago Parra, edil de Turismo: “Este galardón contribuye a que los turistas visiten la costa virgen lorquina y disfruten de un espacio único, que nos permite tener un turismo de calidad en las pedanías del sur del municipio”
“La Cala de Calnegre reedita la concesión de la Bandera Azul, consolidando la excelencia de esta playa del litoral lorquino”. Así lo ha anunciado el concejal de Turismo del Ayuntamiento de Lorca, Santiago Parra Soriano, este miércoles tras conocer en el día de ayer el informe anual por comunidades autónomas de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac).
“Por octavo año la Bandera Azul ondeará en el término municipal de Lorca, demostrando que su obtención en 2017 no fue fruto de la casualidad sino la respuesta a la calidad del litoral lorquino y al trabajo realizado para cumplir con los parámetros necesarios para su concesión por la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor”, ha destacado Santiago Parra.
La costa lorquina ha alcanzado la excelencia gracias al trabajo continuo que se realiza desde el Consistorio con el fin de aumentar la proyección, difusión y protección de las playas de la localidad. “Este año se vuelve a reeditar este logro tras seguir cumpliendo con los distintos parámetros y estándares de calidad y haber desarrollado las actividades de información y educación ambiental necesarios, por lo que tenemos que estar orgullosos de que se nos valore lo que ya sabíamos: que la Cala de Calnegre es un lugar excepcional para disfrutar del medio ambiente, del mar y del turismo, y la reedición de la Bandera Azul así lo confirma”, ha manifestado el edil de Turismo.
La Cala de Calnegre ha cumplido con los estándares de calidad de las aguas de baño, realizando análisis cada treinta días en época de baño y sumando ocho al año como mínimo y se han controlado los parámetros físico-químicos para comprobar que el ph se encuentra en rango normal, que no hay contaminación flotante y que no hay vertidos de aguas residuales. También se ha tenido en cuenta que la playa cuente con un plan de limpieza, disponga de contenedores y recogida selectiva de residuos, presencia de equipo de salvamento cualificado, equipo de primeros auxilios y accesos fáciles y seguros. Así como con acceso y servicios para personas con discapacidad, debiendo estar señalizados en un mapa o panel todos los servicios e instalaciones de la playa, información sobre normas de seguridad, exposición del resultado de los análisis de agua, información de las actividades medioambientales que se van a realizar, información sobre el programa de bandera azul, teléfonos de contacto y seguridad, entre otros.
“Desde el Ayuntamiento confiamos en que este galardón, junto a la Bandera Ecoplayas, contribuyan a que los visitantes del levante español se acerquen a los kilómetros de la espléndida costa virgen lorquina y disfruten de un espacio único, que nos permite tener un turismo de calidad en las pedanías del sur del municipio”, ha indicado Parra Soriano que ha concluido felicitando a todas las concejalías y servicios que “hacen posible el estado de Puntas de Calnegre y su consolidación como destino turístico de calidad”.
Cabe recordar que desde la Concejalía de Turismo se solicitó en junio de 2016 que se realizara la preceptiva visita por parte de los inspectores para obtener la Bandera Azul. Tras el informe favorable se puso en marcha una comisión de trabajo para lograr la aprobación definitiva y mejorar el estado de la cala, obteniendo en mayo de 2017 por primera vez la Bandera Azul.
España, que continúa liderando el ranking mundial, cuenta para este verano con un total de 747 banderas azules, 33 de ellas en la Región de Murcia. Este proyecto surgió en manos de la Fundación para la Educación Ambiental (FEE) en el año 1985 en Francia, y comenzó a extenderse por el continente con el apoyo de la Comisión Europea, aunque en la actualidad son 52 países de todo el mundo los que participan en el proyecto.