Se trata del 5 por ciento que se establece de forma obligatoria para el día de celebración del festejo
La taquilla, en la Alameda Corregidor Lapuente, entre el patio de caballos y los corrales, se abrirá a las diez de la mañana
La encerrona de Paco Ureña, que reinaugurará el Coso de Sutullena, llega en el mejor momento del maestro, después de una de las mejores faenas de su historia en Valencia
El sábado a las diez de la mañana se abrirá la taquilla del Coso de Sutullena y se pondrá a la venta el resto de entradas para la corrida de reinauguración de la plaza de toros. La taquilla donde se venderán las entradas es la de la Alameda Corregidor Lapuente, entre el patio de caballos y los corrales.
Se trata del cinco por ciento que se establece de forma obligatoria para el día de celebración del festejo. El máximo que se podrá adquirir por persona es de cuatro entradas”, han advertido fuentes municipales que han asegurado que la encerrona de Paco Ureña, que reinaugurará el Coso de Sutullena, será en el mejor momento del maestro, después de una de las mejores faenas de su historia en Valencia, en Fallas.
El Coso de Sutullena, es un espacio polivalente que ya ha comenzado a dinamizar la ciudad. “Sutullena, como estamos viendo, es más que una plaza de toros, donde se celebrarán conciertos, acontecimientos culturales, deportivos, enganches, hosteleros… Después de casi trece años recuperamos un monumento, pero también una infraestructura primordial para la ciudad que nos permitirá llevar a cabo actos de todo tipo con un aforo adaptado a las necesidades”, han agregado las mismas fuentes.
La encerrona del maestro lorquino lidiará en primer lugar un toro de Juan Pedro Domecq. El primer toro que se lidió en Sutullena fue del Duque de Veragua. En la reapertura el primer astado que pisará el albero será precisamente de ese hierro que ahora pertenece a Juan Pedro Domecq. En la inauguración de la primera plaza de toros de Lorca también se lidió, en 1839, ganado de Veragua, que en aquel entonces también pertenecía al Duque de Osuna. Ambos se lo habían comprado a la Reina Regente María Cristina de Borbón, viuda de Fernando VII, el cual, a su vez, la había adquirido de los herederos del fundador, Vicente José Vázquez, de Utrera (Sevilla).