La coalición de izquierdas critica que su instalación no cuente con informes favorables de la Policía Local y solicita que se instalen en lugares donde no supongan ningún riesgo
Pedro Sosa, concejal portavoz de la coalición IU+P+AV, ha criticado esta mañana la idoneidad en la colocación de algunos de los nuevos MUPIS digitales que se han instalado esta semana en algunos puntos de la ciudad, ya que pueden suponer la distracción en la conducción poniendo en riesgo tanto a viandantes como a conductores.
Sosa ha criticado que algunos de ellos se encuentren en zonas que aumenten el riesgo de accidentes al estar situados junto a pasos de cebra o a la entrada de rotondas, suponiendo pérdida de visibilidad y una posible una distracción para los conductores, como es el caso de los situados en Plaza Calderón y las rotondas de San Antonio y La Viña.
El edil de izquierdas ha recalcado que, pese a no contar con una ordenanza reguladora de publicidad exterior, la de tráfico si recoge específicamente en su artículo 22 que “se procederá a la retirada inmediata de toda a aquella señalización que no esté debidamente autorizada”, y que “del mismo modo, se actuará en el caso de publicidad, toldos, carteles, anuncios que deslumbren, impidan o limiten la normal visibilidad de semáforos y señales o puedan distraer la atención”.
Esta claro que los MUPIS señalados contravienen claramente este artículo, afirma Sosa, por lo que duda seriamente que la edil de Movilidad, la Sra. Hernández, haya pedido informes a la Policía Local sobre su instalación, motivo por el cual le exige que revise y ordene reubicar todos aquellos que supongan tal riesgo.
Sosa también ha señalado que, además de ser un riesgo para la seguridad vial, el MUPI colocado en la Plaza Calderón dificulta en parte la visibilidad de la fachada del Teatro Guerra, considerado Bien de Interés Cultural. Para evitar situaciones similares, el Plan de Calidad del Paisaje Urbano elaborado en 2015 ya instaba a la regulación y control de este tipo de señales, pero lamentablemente nada se ha hecho desde entonces.
Por último, Lorca debería contar, como ya tienen otras muchas ciudades, con una ordenanza reguladora de la publicidad exterior que anteponga la seguridad vial, la estética urbana y la defensa del patrimonio cultural por encima de intereses publicitarios privados.