El nuevo estudio elimina 1.601 hectáreas en riesgo de inundación, pero incluye 744 que no estaban en el radar
En concreto, el municipio suma ahora 246 hectáreas, aunque se desconocen las delimitaciones
El Ayuntamiento prevé una reunión con los vecinos ante la incertidumbre generada y espera respuestas claras e inmediatas por parte de la Confederación con quien también espera reunirse
Se insiste desde el Consistorio en la urgencia de las presas de laminación de Béjar, Torrecilla y Nogalte y el canal de evacuación de Biznaga
“Somos protagonistas de un nuevo cambio en el mapa de Zonas de Flujo Preferente y, cómo no, salimos mal parados”. De este modo ha comenzado su comparecencia el concejal de Desarrollo Rural, Infraestructuras y Pedanías, Ángel Ramón Meca Ruzafa.
Y es que la última revisión del mapa de riadas propuesto por el Gobierno central a través de la Confederación Hidrográfica del Segura elimina 1.601 hectáreas en riesgo de inundación, pero suma 744; en concreto, 246 hectáreas pertenecientes al término municipal de Lorca.
A día de hoy, lo que se sabe es que pedanías como Río, Campillo, La Torrecilla, Purias, Cazalla, Ramonete, Aguaderas y La Hoya, entre otras, se ven perjudicadas por las delimitaciones asociadas a diversos tramos de las Áreas de Riesgo Potencial Significativo de Inundaciones. Pero también determinadas zonas de la ciudad.
“Nos hemos enterado, de nuevo por los medios de comunicación, de este nuevo trámite por parte de la CHS que incluye más de 740 hectáreas que no estaban en su radar. ¿Ahora falla el radar? Lo que sucede es que este proceso está viciado desde el principio y no cuenta con ningún rigor técnico. Se acaban los adjetivos para estas delimitaciones, que no paran de modificarse, con el prejuicio que supone para vecinos y promotores que ya no saben a qué acogerse”, ha manifestado Meca.
“Eso sí, la nueva cartografía del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico deja fuera las posibles afecciones a la línea del Ave. Así el Gobierno de la Nación se evita problemas en sus obras. Y, mientras, esperando las presas de laminación de Béjar, Torrecilla y Nogalte y el canal de evacuación de Biznaga. Hablamos no solo de proteger viviendas y propiedades, sino de proteger vidas”.
Ya en enero se previó un estudio que resultaba que al menos el 60% de los terrenos declarados como ‘Flujo Preferente’ por parte del Ministerio de Transacción Ecológica no deberían haber recibido tal calificación.
En febrero, la Asociación de Promotores Inmobiliarios de la Región de Murcia (APIRM) presentó un recurso contencioso-administrativo contra el Plan de Gestión del Riesgo de Inundación de la Demarcación Hidrográfica del Segura.
En noviembre, el Ayuntamiento de Lorca interpuso un recurso al Tribunal Supremo centrado en la revisión de nuevo del plan, que afecta a los cauces de la Rambla de la Torrecilla, Rambla Alta, Barranco Burruezo, Béjar, Biznaga, y Nogalte, que desembocan en el Río Guadalentín.
“Y es que en pocos meses se han rebajado las hectáreas en riesgo de inundación de 13.473 a 11.872. Pero, ahora, la CHS detecta otras tantas susceptibles de ser incorporadas. Una cartografía que incluye (y esto es lo nuevo) 246 hectáreas que afectan al término municipal de Lorca. ¿Dónde? Vaya usted a saber… No es que el proceso sea complejo es que es nefasto. Y todavía parece ser que la Confederación tiene que seguir estudiando terrenos”.
“Las revisiones no paran de sucederse. Las infinitas alegaciones no están siendo escuchadas. Las incertidumbres se mantienen. Y mientras tanto, los vecinos, en un mar de dudas a las que no podemos contestar desde el Consistorio porque la comunicación es pésima. Y los perjudicados son los lorquinos, a quienes se tacha de generar polémica”, insistía Meca, al tiempo que anunciaba prevenir una reunión con los afectados, “en cuanto podamos saber qué nuevos espacios delimitados son los que afectan a Lorca para lo que vamos a solicitar un encuentro con la CHS”.
“El criterio hidráulico no puede cambiar según el mes. Cientos de familias se van a ver afectadas… en sus terrenos no se podrá edificar, ni implantar actividades profesionales, etc. El Plan de Gestión del Riesgo de Inundación (PGRI) debe establecer objetivos para reducir los daños, no causarlos”, ha concluido el edil.