La iniciativa forma parte de un plan que abarca, de forma inmediata, la Plaza del Óvalo y el antiguo convento de la Merced.
El alcalde destacaba que el proyecto ha sido ejecutado por un monitor y ocho alumnos del Programa Formativo de Electricidad con un coste de 2.500 euros.
La antigua iglesia de San Pedro estrenaba este miércoles iluminación ornamental. Y lo hacía gracias al Programa Formativo de Electricidad de la Concejalía de Desarrollo Local y Empleo, como señalaba el alcalde, Fulgencio Gil Jódar, que acudía al encendido en compañía de la edil de Fomento y Desarrollo, Rosa María Medina Mínguez.
En este proyecto, explicaba, han trabajado “un monitor y ocho alumnos que han instalado 12 focos tipo Led. Seis en la fachada, cuatro en la torre y cubierta y dos en los laterales. Todos ellos, de 3.000 grados Kelvin, tonalidad blanca suave”.
En los últimos días se realizaban las pruebas oportunas y correcciones y al caer la tarde de este miércoles se procedía al encendido, el primero de los previstos, ya que el alcalde anunciaba que un plan iluminará distintos enclaves y monumentos de la ciudad. “Se iluminarán edificios públicos. El próximo objetivo es la Plaza del Óvalo. Este estratégico enclave permanece apagado desde hace mucho tiempo. Se recuperarán las luces verticales de la pérgola y balizas”, explicaba la edil de Desarrollo Local y Fomento.
La iluminación de estos espacios será con tecnología Led y eficiencia energética, aportaba Gil Jódar, quien anunciaba una actuación idéntica en el antiguo convento de la Merced y la muralla medieval. En cuanto al presupuesto, aseguraba que había sido mínimo. “En torno a unos 2.500 euros, ya que la ejecución –como apuntaba- ha sido por parte de los alumnos del Programa Formativo de Electricidad”.
La antigua iglesia de San Pedro, del siglo XV, es uno de los tres templos de los Barrios Altos. Tiene bóveda y portada barroca y nervadura ojival en el presbiterio. Fue devastada por el terremoto de 1674. Desde entonces, se encontraba en estado de ruina.
Su deterioro agravó con los seísmos de mayo de 2011 y su rehabilitación integral concluyó a principios de 2019. El proyecto de rehabilitación permitió la recuperación del espacio arquitectónico primitivo con la restauración de la geometría de las bóvedas perdidas y de los sillares de la crucería del cuerpo de entrada al templo, así como la consolidación de la portada gótica, la torre, las cornisas y los elementos decorativos.