Las cooperativas de Fecoam alertan sobre el riesgo en la que se encuentran debido a que los precios ofrecidos son inferiores al coste efectivo de producción
Las cooperativas del sector de frutos secos de Fecoam (Federación de Cooperativas Agrarias de Murcia) denuncian la realidad en la que se encuentran sumergidos los productores de almendra de la Región, debido a que el valor de mercado que se está ofreciendo esta campaña por la almendra, impide la realización de transacciones para velar por las exigencias de la Ley de la Cadena Alimentaria.
Las cooperativas del sector de frutos secos de Fecoam han puesto de manifiesto una serie de cuestiones que hacen que esta campaña sea excepcionalmente difícil. En este sentido, destacan los costes fijos y un aumento de costes variables, debido a la realización de mayor número de tratamientos fitosanitarios; y de mayores inversiones derivadas de la realización de arranques y replantaciones de los árboles afectados, lo que pone en serio riesgo el mantenimiento de su actividad
Así, señalan que los costes de producción disponibles en el último estudio técnico-económico del cultivo de almendro ecológico en secano realizado en nuestra región: se encuentran en torno a los 1.300 euros/ha (Fuente:“Estructura de costes de los principales cultivos en agricultura ecológica de la Región de Murcia”. José García García, 2023. Publicación Técnica 45, de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca).
La producción comercializable media de este año puede encontrarse entrono a los 200-300 kilogramos de almendra por hectárea en el sistema convencional, y entre los 120-150 en ecológico. Según aseguran, los costes medios de producción con estos bajos rendimientos afectan al cálculo de costes y revelan que, en el mejor de los casos, el coste de producir un kilogramo de almendra se encuentra en los 4,33 euros/kilogramo de almendra (ver tabla).
Los agricultores denuncian que se encuentran en una situación límite, que les hace plantearse incluso la no recolección de la cosecha. Las cooperativas alertan sobre la circunstancia de riesgo en la que se encuentran, debido a que los precios ofrecidos son inferiores al coste efectivo de producción.
Por otro lado, subrayan que el campo se enfrenta por segundo año consecutivo a pérdidas económicas. La campaña pasada fue difícil por las condiciones climatológicas que dejaron extraordinarias pérdidas de producción por asfixia radicular y problemas fúngicos. Consecuencia de ello los datos de cierre de la cosecha 2022, reflejan una caída récord, un 33% menos de producción que la media de las tres últimas campañas.
Sin embargo, esta campaña, lejos de mejorar, la coyuntura es peor. La sequía y las precipitaciones irregulares que no llegaron en el momento óptimo, han ocasionado daños irreversibles en las estructuras de producción, ya que aumentaron los ataques fúngicos y los árboles se defoliaron. Las perspectivas arrojaban en el mes de junio, una previsión de cosecha de cinco mil toneladas de pepita, lo que significa un 36% menos de producción que la media de las últimas tres campañas.
La Región de Murcia esperaba ser la comunidad autónoma más afectada por la merma de producción; y, llegado el momento de la recolección, las entradas de producto a la cooperativa están siendo lentas y de menor volumen, incluso del esperado.
Igualmente, destacan la situación del mercado. Se tenía esperanza de que la drástica reducción de la cosecha supusiera una alegría en la venta y en el precio; sin embargo, semana a semana el precio es cada vez menor. De hecho, desde que empezó la recolección los precios de referencia han caído más de un 24%; lo que significa una baja de casi el 26% con respecto a la misma semana del año pasado.
Por último, se ponen de manifiesto otros problemas que agravan la situación: las importaciones de almendra de países terceros, y la falta de reconocimiento del valor añadido de la almendra nacional. El representante de la sectorial de frutos secos de Fecoam reivindica que el principal problema es que, hasta el momento, el consumidor de almendra, o de otros productos de la industria; no es capaz de conocer su procedencia, ya que no está obligado en su etiquetado. Hecho que no permite la diferenciación de la almendra nacional frente a la importada.
Ante esta coyuntura, los cooperativistas toman una postura contundente y afirman que su deber es proporcionar un precio de liquidación al socio acorde a la realidad; y denuncian que se encuentran con grandes dificultades a la hora de garantizar el valor del producto en la cadena alimentaria. Por lo que hacen un llamamiento y solicitan la intervención del Observatorio de la Cadena Alimentaria, con el fin de que realice una evaluación de estas prácticas comerciales y de traslado a la autoridad competente.