La producción de este fruto seco se inició en 2014 en el Centro de Demostración Agraria de la Comunidad Autónoma en Caravaca de la Cruz y se adapta muy bien a las tierras del Noroeste y el Altiplano
La producción de pistacho se ha incrementado de forma exponencial en la Región de Murcia desde su inicio en el Centro de Demostración Agraria de la Comunidad Autónoma en Las Nogueras (Caravaca de la Cruz), con la colaboración de la Oficina Comarcal Agraria y del Servicio de Formación y Transferencia Tecnológica, en 2014.
La directora general de Agricultura, Remedios García, visitó esta semana la finca del Centro de Demostración Agraria para comprobar las tareas de recolección que se llevan a cabo estos días, y destacó que “en 2022 ya contábamos con 1.439 hectáreas de pistacho, un 16,8 por ciento más que en el año anterior, y un 653 por ciento más que en 2015, cuando se pusieron en marcha las primeras plantaciones de pistacho y se registraron 191 hectáreas”.
Remedios García recordó que, a partir de los inicios, “se ha ido experimentando con diferentes variedades para poder comprobar los rendimientos y rentabilidades de cada una de ellas y transferir todo el conocimiento logrado a los agricultores, de modo que puedan obtener el máximo aprovechamiento y beneficio de este cultivo, que resulta de interés para las comarcas situadas más al norte de nuestra Región”.
Se trata de un cultivo que se adapta muy bien tanto al terreno como a la climatología de los territorios del Noroeste y pedanías altas de Lorca y del Altiplano, por lo que los municipios más productores son Cehegín, Caravaca de la Cruz, Yecla, Jumilla y Lorca.
La directora general precisó que, en un principio, “el cultivo lleva aparejados unos costes superiores a los del almendro o el nogal, pero se ha demostrado que su rentabilidad es mucho mayor. Tarda en torno a cuatro años en empezar a producir y sobre el séptimo o el octavo llega a su nivel máximo de producción”.
El pistacho que se cultiva en la Región va destinado en su inmensa mayoría al mercado nacional, y en un pequeño porcentaje a Italia y Francia. España es un país deficitario en producción de pistachos, lo que obliga a importar desde terceros países.